Johnson obtiene mayoría absoluta y allana el camino para el 'Brexit'

Actualizado
  • 14/12/2019 00:00
Creado
  • 14/12/2019 00:00
La aplastante victoria del conservador Boris Johnson podría ser el último capítulo del tormentoso divorcio con la Unión Europea. Al mismo tiempo, el laborismo profundiza su crisis interna y se perfila un incremento de las tensiones territoriales

El primer ministro y líder del Partido Conservador, Boris Johnson, se alcanzó este jueves la mayoría absoluta en el Parlamento británico lo que le permitirá cerrar sin oposición un acuerdo del “brexit”, consolidando así su estrategia tras la caída de su antecesora “tory” Theresa May.

Apostando con unas elecciones adelantadas Johnson obtuvo una jugada redonda, no solo podrá llevar sin problemas la salida de la Unión Europea (UE) sino también garantiza su permanencia en el gobierno por los próximos cinco años.

Con una campaña centrada en acabar con el “brexit”, los conservadores se adjudicaron de un total de 650 escaños unos 364, mientras que el Partido Laborista obtuvo 203 sufriendo su peor derrota electoral desde 1935. En tanto, los nacionalistas escoceses se consolidaron con 48 puestos.

Tras ser investido ayer por la reina Isabel II, el primer ministro reafirmó que la salida del bloque comunitario será el 31 de enero como estaba prevista y adelantó que trabajará para llevar una relación de “amigos e iguales en soberanía” con la UE.

Debacle laborista

Desde la socialdemocracia británica el escenario es catastrófico, dejando al borde del abismo a su líder Jeremy Corbyn, que pese a la derrota descartó renunciar de manera inmediata a la dirección del partido pero descartando que estará al frente del colectivo en los próximos comicios.

“Quiero dejar claro que no lideraré el partido en ninguna futura campaña electoral. Me aseguraré de que en el partido se abra un periodo de reflexión”, dijo Corbyn, en medio de duras críticas dentro del partido y pedidos de dimisión.

Sumidos en una nueva crisis interna, los laboristas vinculados a Corbyn han culpado a la polarización del “brexit” de la derrota, un tema que ha dominado la escena política británica y sobre el cual los socialdemócratas no pudieron colar la propuesta antiausteridad y de inversión social con la que buscaban marcar la jornada electoral apelando a las clases trabajadores, una parte de estas a favor del “brexit”.

Con un giro a la izquierda tras la llegada de Corbyn los laboristas intentaron infructuosamente volver a conectar con su histórica base obrera, de la que tomaron distancia durante la era neoliberal de Tony Blair (1997-2007). Circunscripciones en el norte y centro de Inglaterra tradicionalmente laboristas e irónicamente castigadas por las medidas neoliberales del gobierno “tory” de Margaret Tatcher en los 80's, esta vez decidieron respaldar al partido de Johnson, situación que algunos analistas apuntan a la falta de una posición clara ante la permanencia o salida de la UE.

Más allá de las diferentes lecturas sobre el fracaso laborista, la dirección del más numeroso partido socialdemócrata de Occidente, tendrá que repensar con urgencia el futuro del colectivo para no seguir el camino de la extinción como sus pares en el resto de Europa.

Tensión territorial

Quienes también salieron victoriosos en esta contienda fueron los independentistas escoceses e irlandeses.

El Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) obtuvo más del 81% de los escaños dentro de Escocia. Estos reafirmaron su posición como primera fuerza política en la región, lo que será un reto para la administración de Johnson, dado el rechazo al “brexit” que predomina en ese región.

A esto suma la intensión de la líder del SNP, Nicola Sturgeon, de pedir un segundo referéndum independentistas, propuesta que es rechazada de plano por los conservadores.

“No queremos un Gobierno conservador de Boris Johnson, no queremos el Brexit, y aspiramos a que Escocia tenga en sus manos su propio futuro”, puntualizó Sturgeon luego de conocerse los resultados.

Por su parte, los nacionalistas en Irlanda del Norte —que también se oponen al divorcio con la UE— consiguieron por primera vez superar en escaños a las fuerzas unionistas probritánicas.

Si bien el sangriento conflicto entre nacionalistas católicos que buscan la unión a Irlanda y los protestantes a favor de permanecer bajo la corona británica fue pacificado tras el Acuerdo de Viernes Santo en 1998, las divisiones no han sido resueltas.

De allí que el “brexit” y una posible frontera dura entre sur y norte de Irlanda levantan temores de un reavivamiento de las tensiones.

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