Choques con China se 'agudizarán', adelanta nominado de Biden para la CIA

Actualizado
  • 26/02/2021 00:00
Creado
  • 26/02/2021 00:00
Aunque la Casa Blanca asegura que tendrá un estilo “distinto” a la política exterior de Trump, todo indica que ante el gigante asiático las tensiones se profundizarán
William Burns, designado por Joe Biden para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

China seguirá siendo el “mayor reto geopolítico” de Estados Unidos; en esos términos marcó William Burns, candidato del presidente Joe Biden para dirigir la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

En declaraciones dadas a la prensa este miércoles, Burns calificó el liderazgo chino como “antagonista y depredador”, manteniendo así la misma retórica del exmandatario Donald Trump (2017-2021).

“Para la CIA eso significará que tenemos que intensificar nuestra concentración y sentido de urgencia”, dijo Burns según reportes de EFE, y precisó que la postura de Washington incluirá destinar más fondos para espiar a Pekín y mayor formación de su personal en el chino mandarín.

Estando Trump en la Casa Blanca, las relaciones chino-estadounidenses tocaron su punto más bajo, desatándose una guerra comercial y diplomática que escaló con fuerza en medio de la pandemia de la covid-19. Si bien la administración Biden asegura que tendrá un estilo “distinto” de política exterior, todo indica que ante el gigante asiático las tensiones podrían aumentar.

“La CIA tendrá que afilar incesantemente sus mecanismos para entender cómo nuestros rivales usan herramientas cibernéticas y tecnológicas; anticipar, detectar y disuadir de su uso; y mantener una ventaja a la hora de desarrollarlas”, señaló Burns, que espera la confirmación de su designación en el Senado, en referencia a los señalamientos de supuestos robos de propiedad intelectual e información por parte de China.

A finales de enero, el presidente chino Xi Jinping hizo un llamado en la reunión anual del Foro Económico Mundial (Davos), a evitar una “nueva guerra fría”, abandonar los “prejuicios ideológicos”, manteniendo la posición de defensa del multilateralismo y cooperación ante el nuevo coronavirus. Sin hacer mención a Estados Unidos, aunque en una clara alusión a este, rechazó la idea de “imponer a las bravas” políticas económicas con “sanciones” o “amenazas”.

Tras la llegada de Trump, Washington impuso una larga batería de sanciones contra China, especialmente en el tema arancelario y tecnológico, posturas que Pekín respondió con la misma moneda. El Gobierno chino condiciona la normalización de las relaciones bilaterales con los levantamientos de las sanciones y que Estados Unidos evite “interferir” en sus asuntos internos como los de Hong Kong o Xinjiang.

Dada la composición del equipo de Biden, en el que figuran varios funcionarios de la administración Obama, como el exsecretario para asuntos en Asia, Kurt Campbell, quien impulsó entonces una agresiva diplomacia en la región para contener a China, el mandatario demócrata parece apostar por una recuperación del terreno geopolítico perdido.

Una estrategia podría venir acompañada de una reconstrucción de los vínculos internacionales de Washington –deteriorados tras la era Trump– con las regiones tradicionalmente parte de la esfera de domino estadounidense, es el caso de los países de la Unión Europea y América Latina.

En ambas zonas China ha tenido aproximaciones en el plano comercial y político, potenciado por los intercambios en el combate de la pandemia, algo que algunos analistas consideran tiene lugar en momentos de una decadencia paulatina de la hegemonía mundial de Estados Unidos.

También este miércoles, Biden aprobó un decreto que ordena preparar una estrategia sobre las cadenas de suministros de tecnología, medicamentos y otras industrias que dependen de la producción china. Un desafío complejo dado el alto nivel de acoplamiento que tienen ambas economías y el poco interés de los grandes capitales estadounidenses por abandonar la nación asiática.

De acuerdo con una encuesta publicada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Shanghái, para septiembre de 2020, y pese a la guerra comercial, el 92% de las empresas estadounidenses en China no tenían en sus planes futuros mover sus inversiones fuera de ese país.

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