Las dinastías políticas perpetúan su poder en Filipinas

Actualizado
  • 27/06/2022 08:17
Creado
  • 27/06/2022 08:17
Tras arrasar en las elecciones del pasado mes, Ferdinand "Bongbong" Marcos Jr. y Sara Duterte consolidan la hegemonía de los clanes políticos, cuyo poder omnipresente solo ha aumentado en las últimas décadas en el país

Alcanzar la jefatura de Estado o un escaño en el Congreso es un asunto de familia en Filipinas, uno de los países en el mundo donde las dinastías acumulan más poder político y económico.

Tras arrasar en las elecciones del pasado mes, Ferdinand "Bongbong" Marcos Jr. y Sara Duterte consolidan la hegemonía de los clanes políticos, cuyo poder omnipresente solo ha aumentado en las últimas décadas en el país.

Bongbong Marcos, hijo del dictador Ferdinand Marcos, jurará el cargo como presidente este próximo jueves, mientras que Sara Duterte, hija del jefe de Estado saliente, Rodrigo Duterte, será la nueva vicepresidenta.

Precisamente, desde la caída de la dictadura de Marcos padre creció la cantidad de dirigentes políticos que pertenecen a familias con redes endogámicas en los distintos aparatos de poder, según los expertos.

Antes de los comicios del pasado 9 de mayo, las dinastías políticas acaparaban casi siete de cada diez asientos en el Congreso, y el 53 % de las alcaldías, porcentajes superiores a los de hace dos décadas.

"Observamos una consolidación cada vez más fuerte de muchos clanes dinásticos. En ausencia de reformas políticas profundas (...) la tendencia es que estas familias se están haciendo más fuertes", explica a Efe Ronald Mendoza, decano de la Universidad de Ateneo y profesor de Ciencias Políticas.

La acumulación de capital político y económico durante años, la falta de mecanismos legales o constitucionales para limitar la perpetuación dinástica y la herencia de una sociedad feudal y latifundista de la época colonial son varias de las razones que explican este fenómeno.

Son, además, familias cuyos tentáculos alcanzan todos los niveles de poder, casi siempre apoyados por ingentes fortunas personales e intereses privados en los sectores estratégicos de la economía.

Por ello, "la prevalencia de las dinastías políticas en el poder en Filipinas es de las más altas del mundo", relata a Efe Encarnación Tadem, de la Universidad de Filipinas.

PERPETUACIÓN DINÁSTICA

Bongbong Marcos ha logrado la presidencia de Filipinas 36 años después de que cayera la "dictadura conyugal" de sus padres, Ferdinand e Imelda Marcos (1965-1986), pero el presidente electo cuenta además con el apoyo incondicional de su hermana, Imee Marcos, y el de su hijo Sandro Marcos, gobernador por la provincia natal de la familia, Ilocos Norte.

Este reparto tan endogámico del poder explica que el 70 % de los políticos del país pertenecen a una familia poderosa con más de una generación de políticos en el poder, mientras que el 80 % de los gobernadores pertenece a una "dinastía gorda", clanes con dos o más miembros en el poder simultáneamente, según Mendoza.

Sin embargo, los esfuerzos por limitar constitucionalmente el poder perpetuo de estos linajes han fracasado, ya que "reformas tan profundas" necesitarían el apoyo unánime del Senado y el Congreso, donde "hay legisladores y políticos que se benefician del actual statu quo", critica Mendoza, quien formó parte de la comisión parlamentaria que propuso estos cambios en la carta magna.

INEFICIENCIAS ECONÓMICAS

Además, varios estudios académicos apuntan a un mayor índice de pobreza en las regiones donde se acumula el poder en favor de los clanes locales, ya que algunos recursos públicos se pierden en redes clientelares y una corrupción a menudo fuera de todo escrutinio.

Para Mendoza, "si bien el largo recorrido político de estas familias podría favorecer mayores reformas de calado, la concentración de poder genera una gobernanza ineficaz, lo que a su vez frustra los objetivos de desarrollo económico".

Asimismo, la desigualdad económica se ve exacerbada por una política a menudo escorada hacia intereses familiares. La perpetuación de las dinastías políticas "es uno de los mayores obstáculos en la lucha contra la desigualdad" en el archipiélago, sentencia Encarnación Tadem.

Filipinas tiene uno de los índices de desigualdad de renta más altos del sudeste asiático, según datos del Banco Mundial, que en 2018 adjudicó un índice Gini -medidor de la desigualdad- de 42,3 a Filipinas, frente al 35,4 de Tailandia y el 35,7 de Vietnam.

Por: Federico Segarra

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