¿Defienden la democracia?

Actualizado
  • 21/12/2008 01:00
Creado
  • 21/12/2008 01:00
La decisión de la Unión Europea y EEUU de suspender la ayuda exterior a Nicaragua por el aparente fraude gubernamental en las recientes ...

La decisión de la Unión Europea y EEUU de suspender la ayuda exterior a Nicaragua por el aparente fraude gubernamental en las recientes elecciones municipales es una buena noticia, pero plantea una pregunta espinosa: si los países ricos no se están ensañando con la diminuta Nicaragua mientras se hacen los distraídos cuando Venezuela y otros países más grandes cometen atropellos contra las libertades democráticas.

El embajador estadounidense en Nicaragua, Robert Callaghan, anunció esta semana que Washington suspenderá unos $175 millones de ayuda externa a Nicaragua bajo la Corporación Cuenta del Milenio (CCM) si el presidente Daniel Ortega no resuelve la disputa con los partidos de oposición respecto de los resultados de la elecciones municipales del 9 de noviembre. El gobierno izquierdista de Ortega alega haber ganado en la capital, Managua, y en casi todas las otras ciudades, pero la oposición, la Iglesia Católica y organizaciones internacionales tienen serias dudas sobre los resultados oficiales. Para Nicaragua, uno de los países más pobres del continente, la ayuda externa equivale a la mitad de los ingresos por exportaciones y es crucial para financiar los planes contra la pobreza.

Los políticos venezolanos de oposición mueven la cabeza con desconcierto cuando leen sobre las medidas económicas de la UE y EEUU contra Nicaragua. ¿Por qué los países ricos no hicieron nada cuando Hugo Chávez prohibió a casi 300 políticos de la oposición presentarse en las elecciones regionales?, se preguntan. ¿O cuando el gobierno de Chávez cerró la cadena de televisión independiente RCTV?, se interrogan. “Hay una alta dosis de hipocresía en la manera en que EEUU y Europa hacen estas cosas, que perjudica su imagen”, dijo Oswaldo Álvarez Páez, un ex candidato presidencial venezolano. Los países ricos deberían usar sus compras de petróleo venezolano como herramienta para presionar a Chávez para que respete las libertades fundamentales, de la misma manera en que Chávez usa sus exportaciones de petróleo como arma política en Latinoamérica, agregó.

En Bolivia, los políticos de la oposición denuncian que el gobierno de Evo Morales cometió fraude en el referéndum del 10 de agosto, y que habitualmente pasa por alto las leyes en su intento de permanecer indefinidamente en el poder. El gobierno de Bush recientemente suspendió algunas preferencias comerciales a Bolivia tras la expulsión de su embajador allí, pero Washington mantiene otros programas de ayuda en el país. “En Bolivia hay fraude electoral”, dice Manfred Reyes Villa, ex prefecto de Cochabamba y posible candidato presidencial el año próximo. “¿Por qué Washington toma medidas contra Nicaragua y no contra Bolivia?” Manuel Orozco, un experto centroamericano del instituto Inter-American Dialogue, afirma que Nicaragua ha sido el país latinoamericano en el que más se deterioró la democracia en el 2008, seguido por Bolivia. Funcionarios del gobierno norteamericano dicen que el caso de Nicaragua es diferente al de Bolivia o Venezuela. “De los países que usted menciona, Nicaragua es el único que firmó un contrato con la Corporación Cuenta del Milenio por el cual el país se compromete a actuar en 17 áreas concretas, incluyendo el respeto a las libertades políticas”, me dijo Heide Bronke Fulton, una vocera del Departamento de Estado.

Mi opinión: En un momento en el que la mayoría de los presidentes latinoamericanos le están dando la espalda a la defensa colectiva de la democracia —apenas esta semana le dieron una bienvenida de rey en la cumbre celebrada en Brasil al gobernante militar cubano Raúl Castro—, resulta difícil no apoyar medidas para presionar a Nicaragua para que realice un recuento de votos transparente. Pero me pregunto si Washington y los países europeos no están exigiendo elecciones limpias en países chicos, mientras que aceptan “fraudes tolerables” en países más grandes. Espero que el gobierno de Barack Obama logre inspirar a la región para que vuelva a abrazar la defensa colectiva de la democracia, bajo los términos de la Carta Interamericana del 2001, sin excepciones, y en el marco de organizaciones internacionales. Si EEUU y Europa son vistos como potencias que sólo exigen la democracia a los países más chiquitos, nadie los tomará muy en serio.

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