República Dominicana pospone la Cumbre de las Américas hasta 2026 y genera amplias reacciones regionales

  • 04/11/2025 17:48
La Cancillería panameña manifestó apoyo total a República Dominicana y reiteró su compromiso con la cooperación regional, la defensa democrática y los valores compartidos por los pueblos del continente

La República Dominicana anunció oficialmente la postergación de la Décima Cumbre de las Américas para el año 2026, decisión que ha generado una ola de reacciones diplomáticas en toda la región. El evento, originalmente previsto para celebrarse los días 4 y 5 de diciembre de 2025 en Punta Cana, debía reunir a jefes de Estado y representantes de los 35 países del hemisferio occidental.

Según el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano, la medida se tomó “luego de un cuidadoso análisis de la situación en la región” y tras consultar con socios estratégicos como Estados Unidos, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El texto oficial subraya que la decisión fue “consensuada con los principales aliados” y busca asegurar que la cumbre se realice en un contexto de “diálogo constructivo, respeto mutuo y cooperación efectiva entre todas las naciones participantes”.

La postergación se produce en un contexto de tensiones políticas y diplomáticas en el continente, marcado por diferencias sobre la participación de ciertos gobiernos y por las dificultades logísticas derivadas de fenómenos meteorológicos que han afectado al Caribe durante los últimos meses.

Panamá respalda la decisión y llama a la unidad regional

El Gobierno de la República de Panamá, encabezado por el presidente José Raúl Mulino, expresó su “pleno respaldo y solidaridad” al Gobierno y al pueblo dominicanos ante la decisión soberana de posponer el evento.

En un comunicado oficial, la Cancillería panameña destacó que el país “reconoce la importancia de garantizar que este foro hemisférico se realice en un ambiente idóneo, de diálogo constructivo y convivencia respetuosa entre todas las naciones del continente”.

El texto enfatiza que la Cumbre de las Américas “constituye un espacio esencial para fortalecer la cooperación, el entendimiento mutuo y el compromiso compartido con los valores que nos unen: la defensa de la democracia, el respeto a los derechos humanos, la vigencia del derecho internacional y la búsqueda de la prosperidad común de nuestros pueblos”.

Panamá reiteró además su disposición a colaborar “activamente con todos los países del hemisferio” para que, en el momento propicio, la cumbre pueda desarrollarse “con éxito en la hermana República Dominicana”, reflejando el “espíritu de unidad y esperanza que caracteriza a las Américas”.

La postura panameña ha sido interpretada en círculos diplomáticos como una muestra de coherencia institucional y compromiso con el multilateralismo regional, manteniendo su rol como país promotor del diálogo y la cooperación interamericana.

Estados Unidos respalda el aplazamiento

Desde Washington, el secretario de Estado Marco Rubio expresó el agradecimiento del Gobierno estadounidense al presidente dominicano Luis Abinader por su “amistad y disposición para albergar la Cumbre de las Américas”.

“Apoyamos plenamente la decisión de posponer la cumbre y continuaremos trabajando junto con la República Dominicana y otros países de la región para planificar un evento productivo en 2026, centrado en fortalecer las asociaciones y mejorar la seguridad de nuestros ciudadanos”, señaló Rubio en un comunicado difundido en su cuenta oficial de la red X.

Fuentes diplomáticas estadounidenses señalaron que el aplazamiento permitirá ampliar la agenda temática e incluir nuevas prioridades hemisféricas, como migración, cambio climático, seguridad regional, innovación tecnológica y gobernabilidad democrática.

Contexto regional y consultas internacionales

De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano, la decisión fue consultada también con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y con el presidente del BID, Ilan Goldfajn, instituciones que participan en la organización técnica y logística del foro.

La República Dominicana señaló que su objetivo es preservar el espíritu de consenso y cooperación que ha caracterizado históricamente a la Cumbre de las Américas desde su creación en 1994. Según el comunicado, el país anfitrión busca garantizar que la próxima edición “reúna a todos los actores relevantes del continente en condiciones óptimas y con plena representatividad”.

En distintos países latinoamericanos, las reacciones fueron mayormente de respaldo. Gobiernos como los de Ecuador, Chile y Costa Rica expresaron comprensión ante la decisión y coincidieron en la necesidad de “garantizar un foro hemisférico inclusivo y transparente”.

Implicaciones para la diplomacia regional

La postergación de la Cumbre supone un reajuste en la agenda diplomática interamericana. Analistas consultados por medios internacionales señalaron que el aplazamiento permitirá evitar tensiones derivadas de la exclusión de ciertos países, pero también plantea el desafío de mantener la cohesión política en el hemisferio.

Para Panamá, la situación representa una oportunidad de consolidar su papel como interlocutor regional confiable, dada su histórica participación en procesos de diálogo y concertación en el continente. Su respaldo a República Dominicana refuerza la imagen del país como promotor de consenso y estabilidad.

El Caribe, por su parte, enfrenta retos logísticos y medioambientales que también influyeron en la decisión. La región ha sido afectada por fenómenos naturales recientes que complican la infraestructura y la seguridad de eventos internacionales de gran magnitud.

Próximos pasos

Las autoridades dominicanas confirmaron que los trabajos preparatorios continuarán durante 2025 con la conformación de equipos técnicos y diplomáticos encargados de redefinir la agenda temática y coordinar las sedes paralelas que acompañarán el evento principal en 2026.

La OEA anunció que seguirá facilitando el diálogo entre los Estados miembros para definir los ejes de trabajo y garantizar que la próxima edición de la Cumbre “refleje las prioridades reales de las Américas”.

De esta forma, la postergación no implica una cancelación, sino una reprogramación estratégica para asegurar un encuentro más representativo y constructivo, en el que participen todos los actores del hemisferio en condiciones equitativas.

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