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Cancilleres de Brasil y Estados Unidos abren un canal de diálogo tras meses de tensión por los aranceles de Trump

- 17/10/2025 11:49
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, recibió este jueves en la Casa Blanca al ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, en una reunión que ambos calificaron como un paso decisivo para recomponer los lazos entre Washington y Brasilia, deteriorados por la guerra comercial impulsada por el presidente Donald Trump.
Vieira describió el encuentro como “óptimo y constructivo”, subrayando que las conversaciones se centraron en aspectos técnicos y que “prevaleció un tono de cooperación”. Según el diplomático, este ha sido el primer diálogo serio con la administración estadounidense desde que entraron en vigor, en agosto, los aranceles del 50% sobre productos brasileños, una de las tasas más altas del mundo.
“El propósito fue retomar las negociaciones entre nuestros países”, indicó Vieira en una declaración posterior en la embajada brasileña en Washington. Añadió que ambos gobiernos trabajan para concretar una reunión entre los presidentes Donald Trump y Luiz Inácio Lula da Silva, aunque sin definir aún fecha ni lugar.
Rubio y Vieira conversaron a puerta cerrada durante 20 minutos, seguidos de casi una hora adicional acompañados por sus respectivos equipos. El acercamiento llega tras el breve saludo entre Trump y Lula durante la Asamblea General de la ONU y una llamada telefónica la semana pasada en la que el mandatario brasileño pidió la reducción inmediata de los gravámenes.
El arancel del 50%, idéntico al impuesto por Washington a India, golpeó duramente las exportaciones brasileñas de carne, café y acero. En su momento, Trump justificó la medida alegando una supuesta “persecución judicial” en Brasil contra su aliado político, el expresidente Jair Bolsonaro.
No obstante, el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, quien acompañó a Rubio en la reunión, afirmó que la política arancelaria responde a “serias preocupaciones sobre el Estado de derecho, la censura y los derechos humanos en Brasil”.
Por su parte, el gobierno de Lula ha solicitado una rebaja del gravamen al 10%, el nivel mínimo previsto en las negociaciones internacionales. También pidió separar completamente del debate el proceso judicial contra Bolsonaro, alegando que “es un asunto interno” y que los tribunales brasileños “actúan con total independencia”.
La relación bilateral se deterioró desde julio pasado, cuando Washington sancionó a varios jueces del Supremo Tribunal Federal de Brasil y a sus familiares, en represalia por la condena a Bolsonaro a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado.
A pesar de las presiones, el tribunal mantuvo su fallo, lo que desató una de las peores crisis diplomáticas en dos siglos entre ambos países. La decisión de Trump de endurecer las sanciones arancelarias contra Brasil fue interpretada en Brasilia como una represalia política, más que como una medida económica.
Durante meses, el Itamaraty intentó sin éxito abrir un canal de diálogo. Empresarios brasileños, sobre todo del sector agrícola, presionaron para que la Casa Blanca reconsiderara su postura. Sin embargo, solo después del saludo entre Trump y Lula en la ONU se percibió un cambio de tono por parte de Washington.
Además de la agenda comercial, los cancilleres abordaron temas sensibles como la crisis venezolana, la regulación de las tecnológicas en Brasil, y las relaciones económicas con China y Rusia, socios estratégicos de Lula.
Fuentes diplomáticas señalaron que Rubio se mostró dispuesto a mantener un diálogo continuo, pero insistió en que “el respeto a los derechos humanos es condición fundamental para cualquier acuerdo”.
Vieira, por su parte, reiteró el compromiso de su gobierno con la democracia y el Estado de derecho, e hizo énfasis en la necesidad de “reconstruir la confianza mutua”.
Aunque no hubo anuncios concretos, ambos coincidieron en que la reunión representa un punto de inflexión en la relación bilateral. “No se resolvió el problema de los aranceles, pero se reabrió la puerta al entendimiento”, afirmó un diplomático brasileño.
La expectativa ahora recae en una eventual cumbre Trump–Lula, que podría marcar el reinicio de una etapa de cooperación tras meses de frialdad y desencuentros. Mientras tanto, los sectores productivos brasileños esperan señales de alivio para un comercio que ha sufrido las consecuencias de la política de presión estadounidense.