El éxito de un político de calle

Actualizado
  • 26/04/2014 02:05
Creado
  • 26/04/2014 02:05
El presidente electo de Costa Rica se autodenomina un político ‘no profesional’. Profesor de Historia, escucha a los jóvenes y a sus vecinos

El mal tiempo le jugó una mala pasada a Luis Guillermo Solís, quien no pudo llegar a su programada reunión con el presidente panameño, Ricardo Martinelli, en el marco de su gira centroamericana. Sí cumplió su cita con La Estrella de Panamá . Amigable y cercano, el presidente electo de Costa Rica se disculpó por la tardanza que provocó un retraso en su vuelo desde Honduras el pasado miércoles, y en cuestión de minutos estableció una charla franca y campechana, con tono de vecino, que se prolongó durante casi una hora.

LAS ENCUESTAS NO LE FAVORECÍAN EN UN PRINCIPIO; SIN EMBARGO, USTED COSECHÓ MÁS DE UN MILLÓN DE VOTOS, ALGO INÉDITO EN SU PAÍS. ¿QUÉ VIERON LOS COSTARRICENSES EN USTED PARA DEPOSITAR TANTA CONFIANZA Y DAR ESTE REVÉS AL PARTIDO DE LIBERACIÓN NACIONAL?

Primero, soy un político no profesional y pertenezco a un partido no tradicional. Es la primera vez desde 1948 que Costa Rica será gobernada por un partido que no es histórico. En segundo lugar, hicimos una campaña muy diferente, enfocada en los afectos y emociones, y a partir de un programa de gobierno que se distribuyó como ningún otro. Distribuimos cerca de 700 mil ejemplares. Además, subimos en nuestra página web una versión larga del plan con más de 80 páginas, y otra corta de ocho, ambas con los tres puntos fundamentales de la campaña: desarrollo económico, equidad social y lucha contra la corrupción. En tercer lugar, las condiciones en las que se desarrolló la campaña jugaron a mi favor. Había un gobierno muy impopular con un candidato que al final no dio la talla. Nunca se había presentado en Costa Rica un partido que hubiera ganado tres elecciones consecutivas. En última instancia, el factor determinante de las redes sociales. Hubo una explosión y utilización de este recurso manejado por jóvenes que, de hecho, ahora ocuparán importantes puestos en mi gabinete.

¿QUÉ MEDIDAS VA A TOMAR PARA PALIAR LA CORRUPCIÓN Y LA DESIGUALDAD SOCIAL?

En materia de corrupción, vamos a transparentar mucho más todas las gestiones de gobierno por medio de tecnologías digitales. Otro punto es la contraloría social. Queremos que la gente se involucre en la conducción de muchos de los asuntos que les afectan. Por ejemplo, en materia de seguridad social, vamos a tener la obligación de presentar, en los primeros cien días de gobierno, un estado de la Nación (cómo encontramos a la administración pública) y así la gente entenderá cuáles han sido esas disfunciones y más las prácticas.

En materia de desigualdad, designamos a la vicepresidenta para que coordine las acciones de las instituciones públicas, que gastan una cantidad inmensa de recursos todos los años, pero que se han ido quedando amarrados a prácticas clientelares, casi siempre para favorecer a un partido político. Esta coordinación se hará a través de un registro único de beneficiarios para que ayude a salir adelante a esas 347,000 personas que viven en situación de extrema pobreza.

No obstante, lo más importante tiene que ver con la reactivación de la economía, que es la forma más eficaz de combatir la pobreza. Para ello, generaremos condiciones nuevas de productividad en el mercado interno, que, entendemos, supera en mucho los 4.5 millones de consumidores costarricenses, y que hay que entenderlo como un mercado que se extiende desde el Darién hasta el Petén y el Caribe.

EL NARCOTRÁFICO TAMBIÉN HA AUMENTADO NOTABLEMENTE. ¿QUÉ VAN A HACER PARA FRENARLO? ¿PUEDE DEBERSE A LA FALTA DE UN EJÉRCITO?

Creo que el fenómeno del crimen organizado tiene otra explicación, que pasa por la existencia de un mercado rico que demanda mucha droga en los EEUU y Europa. Nosotros (Centroamérica) estamos atrapados en medio como un emparedado. Desde ese punto de vista, las acciones tienen que ser también regionalizadas. Hay una necesidad de profundizar los entendimientos regionales, no sólo para la Centroamérica histórica, sino también con México y Colombia, que tienen una capacidad bastante más grande para atender estas circunstancias. Por lo tanto, el esfuerzo tiene que superar las fronteras nacionales y percibirse más como una tarea de la región con cooperación internacional de EEUU y la UE.

USTED TAMBIÉN ESTUVO DURANTE MUCHOS AÑOS EN PLN, ¿QUÉ RESCATA DE SU MANDATO?

La principal contribución del gobierno de Chinchilla fue en materia de seguridad pública y en el desarrollo de algunos programas sociales que pretendo continuar; por ejemplo, la red de cuido para la atención de menores y ancianos.

SOBRE OTROS TEMAS ECONÓMICOS, ¿QUÉ SILLA LE INTERESA MÁS A COSTA RICA, LA ALIANZA DEL PACÍFICO O MERCOSUR?

Tenemos una vocación pacífica, que nos la da nuestra posesión de cerca de 500 mil kilómetros de mar patrimonial, y que busca una mayor integración en la cuenca. El horizonte del siglo XXI está en la cuenca del Pacífico. Además, somos el único país de Centroamérica que tiene relaciones con China, lo cual hace obligatorio mirar al escenario asiático como una fuente de prioridad en donde no siempre es fácil involucrarse de forma individual. Por ello, la Alianza del Pacífico no es una mala idea.

¿POR QUÉ SE OPUSO EN SU DÍA AL TRATADO DE LIBRE COMERCIO CON ESTADOS UNIDOS?

Me preocupó mucho que tuviésemos una caída importante en la producción nacional, que es lo que ha ocurrido. No obstante, Costa Rica ha suscrito ya más de una docena de tratados de libre comercio con los principales países del mundo, incluido China, y en la Unión Europea con el tratado de asociación que incluyó uno de libre comercio. No obstante, como dijo una vez el actual ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim, ‘en materia de libre comercio, las naciones deben ser lo más promiscuas posibles. Los matrimonios monogámicos en libre comercio no llegan muy lejos’. Ahora el mundo anda en otra vía y hay que aprovechar lo que considero los dos motores de la economía: Uno, vinculado a la apertura y al libre comercio; otro, orientado a la producción nacional y al fomento de un mercado centroamericano y caribeño, que le añade mucho más valor a la producción nacional.

USTED HA EXCLUIDO DE SU GIRA CENTROAMERICANA A NICARAGUA. ¿NO LO VE UNA POSTURA UN POCO HOSTIL? ¿LIMARÁN ASPEREZAS?

La decisión de no invitar personalmente al presidente Daniel Ortega fue una absoluta justificación. El mandatario nicaragüense propició la invasión del territorio costarricense y nos obligó a ir al contencioso en La Haya. Ha tomado decisiones también respecto a la concesión de bloques de la explotación petrolera en el Pacífico, amenazando así la soberanía costarricense en esa zona. Además, ha hecho declaraciones sobre las pretensiones nicaragüenses respecto a nuestra provincia de Guanacaste. En resumen, son acciones no coincidentes con las relaciones de amistad que deben prevalecer entre dos países hermanos. No obstante, Costa Rica no va a romper relaciones con Nicaragua y espero que los dos gobiernos tengan una buena relación para atender una agenda binacional compleja que incluye temas migratorios, de seguridad, comerciales y ambientales, entre otros. De hecho, Ortega fue invitado por la vía diplomática usual a la toma de posesión y si él lo desea, le daremos la bienvenida más cordial como a cualquier otro mandatario. Aunque, reitero, no quiero confundir lo que es la corrección en las relaciones entre dos Estados vecinos y lo que son muestras de amistad preferente como las que sí puedo mantener con otros jefes de Estado que sí respetan a Costa Rica y su soberanía.

Y, ¿QUÉ ME DICE DE LA SITUACIÓN EN VENEZUELA?

Es grave. Se han cometido abusos en la utilización de la fuerza contra los manifestantes. Le doy la bienvenida a los esfuerzos de negociación que se han establecido y creo que debe prevalecer la claridad, especialmente del gobierno. Es cierto, también, que hay fuerzas en la oposición que parecen no estar dispuestas a poner de su parte y deben entender que un clima de entendimiento les compete a ambos.

¿CREE QUE EL PAPEL DE LA IGLESIA Y UNASUR LES FACILITARÁ REALMENTE EL CAMINO?

Principalmente, el esfuerzo tiene que ser de los propios venezolanos. La participación de la Iglesia en América Latina sigue teniendo un papel simbólico importante porque puede operar como un tercero en discordia, que genera espacios de negociación, pero el debate tiene que ver con las fuerzas políticas y el gobierno, y en ese ejercicio no hay sustituto posible. Una solución mágica que viene de fuera no existe.

¿PIENSA QUE LA OEA DIO LA TALLA CON RESPECTO A ESTA CRISIS EN EL PAÍS PETROLERO?

Hoy en día, la OEA se encuentra mucho menos capacitada para intervenir en estos conflictos que en el pasado. Las fuerzas de la geopolítica regional han cambiado mucho y este organismo no tiene la fuerza de antes. No obstante, sigo pensando que es un foro idóneo para el tratamiento de estos temas, en especial, en lo referente la violación de los Derechos Humanos.

PESE A QUE NO PUDO DARSE ESA REUNIÓN CON EL PRESIDENTE RICARDO MARTINELLI, ¿QUÉ TEMAS FIGURAN EN LA AGENDA BILATERAL? ¿EN QUÉ SE PUEDEN MEJORAR LAS RELACIONES?

Hay varios temas en agenda. El primero es la puesta en marcha de una frontera que funcione. Tenemos en las fronteras una situación muy irregular. Costa Rica cierra antes que Panamá, quien mantiene abierta su frontera. Hay un gran desorden que es el mejor organizado del mundo. Paso Canoas es una experiencia sociológicamente importante, que merece ser vista... En cuanto a las relaciones comerciales, esas son bastante intensas y hay un TLC que queremos aprovechar más. Mantenemos, también, un diálogo de seguridad muy importante, tanto en la lucha contra el crimen organizado como en materia migratoria. Desde el punto de vista regional, Panamá y Costa Rica han constituido durante muchos años un eje que habla con voz potente en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Me parece esencial que tengamos un diálogo importante en materia de integración regional que fortalecerá al SICA, que es algo que yo apoyo. De hecho, soy uno de los pocos gobernantes costarricenses que defiende la integración de forma entusiasta porque es un espacio donde se puede mejorar la competitividad.

EN SU TRAYECTORIA POLÍTICA, ¿CÓMO ENTIENDE USTED EL EJERCICIO DEL PODER?

Debemos volver al viejo concepto republicano de la defensa del bien común como principal atributo de un gobernante que se preocupa por su pueblo. Esto constituye un valor decisivo en la lucha contra la corrupción, que es una demanda generalizada en toda América Latina, y establece una de las principales obligaciones del gobernante moderno: evitar la concentración de las riquezas en pequeños grupos en detrimento de los beneficiarios principales de la democracia.

ACABA DE RESUMIR LOS MALES DE AMÉRICA LATINA...

Dejé el que tiene que ver con el autoritarismo, el irrespeto a las instituciones. Debemos aspirar a tener una democracia que funcione no por voluntad de quienes la ejercen, sino más bien por la fuerza de las instituciones que la tutelen. Esto nos acercaría a un modelo de sistema político eficiente y justo.

VARGAS LLOSA HABÍA CALIFICADO A ALGUNAS DEMOCRACIAS DE ‘FICTICIAS’...

Puede resultar exagerado. En América Latina hay una transformación, que no es pequeña, y tiene que ver con el establecimiento de democracias electorales y con instituciones cada vez más fuertes en materia de derechos humanos. Prefiero vivir en la América Latina de hoy, pese a estas democracias disfuncionales, que vivir sin ellas en medio de dictaduras militares atroces, violadoras de derechos humanos y que ejercitan el terrorismo de Estado de una manera cotidiana. Por tanto, no son democracias ficticias, sino incompletas.

VOLVIENDO AL PODER, USTED SE DEFINE COMO UNA PERSONA HUMILDE, DÍGAME, ¿SON COMPATIBLES LA HUMILDAD Y EL PODER?

El poder sin humildad lleva a grandes males. El diablo se perdió no por malo, sino por vanidoso, y esa lección es la primera que tiene que aprender un político. El gobernante que no entienda que su principal responsabilidad es atender con respeto y con humildad a quien lo convirtió en líder es un mal político y además peligroso porque no se comporta como un dirigente demócrata, sino que pretende ser Dios, lo que nunca da buenos resultados.

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