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- 20/05/2013 02:00
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A raíz de las restricciones energéticas que se están produciendo en Panamá como consecuencia de la escasez de lluvias, se está abriendo paso un interesante debate sobre la necesidad acuciante de que en los próximos años se diversifiquen las fuentes de generación de energía eléctrica. Son muchos los países que desde hace tiempo están ampliando exponencialmente su cesta de generación eléctrica con importantes inversiones en energías renovables, bien sea eólica o solar (fotovoltaica, termoeléctrica y solar térmica). Las razones del crecimiento de las energías renovables son múltiples, pero se podrían resumir en cuatro: fuerte crecimiento del consumo energético, agotamiento de los recursos energéticos convencionales, preocupación por el cambio climático y, en muchos países, la inseguridad de abastecimiento por la falta de diversificación o por la dependencia exterior. Según algunas voces, también a Panamá le ha llegado el momento de apostar por la ‘energía verde’. El objetivo de esta apuesta sería no sólo garantizar el suministro de energía eléctrica a través de una mayor diversificación sino hacerlo mediante fuentes limpias y seguras que eviten el crecimiento de emisiones contaminantes para mantener el equilibrio entre el desarrollo y el respeto al medio ambiente, uno de los principales patrimonios del país. A nivel global las cifras son suficientemente explícitas a cerca de la importancia de las fuentes renovables. En la actualidad a través de energías renovables se abastece más del 17% del consumo final de energía a nivel mundial. En EEUU, las energías renovables proporcionaron el 13% de la electricidad nacional total en 2011. En la Unión Europea, las energías renovables representaron más del 71% del total de capacidad eléctrica adicional en 2011. China ha vuelto a ocupar en 2012 la primera posición en la inversión en renovables, gastando 65 mil millones de dólares, cantidad que demuestra la relevancia que, una de las economías más dinámicas y exitosas del mundo, le da a este sector. El crecimiento de la economía panameña y su demanda permanente de más energía va a requerir que en los próximos años se haga una apuesta clara por la diversificación. El país reúne las condiciones y recursos naturales, así como la mano de obra, para poner en marcha una estrategia energética a largo plazo que garantice, a través de un mix energético, seguridad en el suministro al margen de intermitencias climatológicas. Además, Panamá se puede beneficiar, a precios asequibles, de la tecnología y la experiencia que durante estos años se ha desarrollado en países que hicieron grandes y costosas inversiones en el sector y que ahora están recogiendo los frutos.
LETRA INTERNACIONAL