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- 28/04/2014 02:00
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Dos papas del siglo XX que cambiaron el curso de la iglesia católica, Juan Pablo II y Juan XXIII, fueron canonizados ayer por el papa Francisco en una ceremonia que fue un ejercicio de equilibrio para reunir las alas conservadora y progresista de la iglesia.
En un aparente mensaje de unidad, Francisco invitó al papa emérito Benedicto XVI a sumársele en el altar en la Plaza de San Pedro, la primera vez que un papa en funciones y uno retirado celebran misa juntos en público en los 2.000 años de historia de la iglesia.
Alrededor de 800.000 personas, muchas de ellas procedentes de Latinoamérica y Polonia, llenaron la Plaza de San Pedro, las calles colindantes y los puentes sobre el río Tíber, una enorme concurrencia, pero apenas la mitad de la muchedumbre que acudió en el 2011 a la beatificación de Juan Pablo II.
‘Juan XXIII y Juan Pablo II cooperaron con el espíritu santo al renovar y actualizar a la Iglesia, y mantenerla cercana con sus figuras prístinas, esa figuras que los imágenes nos han dado a través de los siglos’, pronunció el papa Francisco.
Elogió a Juan XXIII diciendo que permitió que Dios lo llevara a convocar el Concilio. Celebró el énfasis en la familia que tuvo el reinado de Juan Pablo II, un asunto en el que Francisco también se ha interesado.
‘Ambos fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo XX. Vivieron los trágicos acontecimientos del siglo pero no se vieron abrumados por ellos’, expresó el sumo pontífice.
Francisco respiró hondamente e hizo una pausa momentánea antes de recitar la fórmula para declararlos santos, como si estuviera conmovido por la historia de la que estaba por formar parte. Tras deliberar, consultar y rezar por la ayuda divina ‘declaramos benditos y definimos que Juan XXIII y Juan Pablo II sean santos y los incluimos entre los santos, decretando que sean venerados de esa manera por toda la iglesia’, afirmó.
La multitud rompió en aplausos. ‘Este es un momento histórico’, dijo el padre Víctor Pérez, quien llevó a un grupo de la escuela preparatoria Juan Pablo II, de Houston, Texas. ‘Juan Pablo tuvo un gran impacto en la Iglesia, terminó el trabajo del Concilio Vaticano. Hoy se rinden honores a lo que Dios ha hecho durante los últimos 50 años en la iglesia’, agregó.
‘Cuatro papas en una ceremonia es un suceso fantástico de ver y de estar presentes, porque es historia escrita frente a nuestros ojos’, dijo maravillado el ciudadano polaco Dawid Halfar, quien afirmó sentirse muy privilegiado por ser parte de este momento histórico.