Asalto al Moncada: la historia empieza

Actualizado
  • 01/01/2009 01:00
Creado
  • 01/01/2009 01:00
Fulgencio Batista no era totalmente aceptado y crecía el número de movimientos que querían desalojarlo del poder. Repugnaba su uso de gr...

Fulgencio Batista no era totalmente aceptado y crecía el número de movimientos que querían desalojarlo del poder. Repugnaba su uso de grupos de choque, no haber acabado con la corrupción ni el pistolerismo, que en definitiva era un gobernante ilegítimo y que bajo su gobierno hubo actos despóticos y de asesinatos políticos.

Fue así que Batista tuvo que confrontar conspiraciones contra su régimen que el SIM (Servicio de Inteligencia Militar) se esforzaba por desactivar, y también numerosas marchas en su contra.

Uno de aquellos opositores acérrimos de Batista era el joven abogado de Oriente Fidel Castro Ruz. Este dirigía un movimiento que a fines de 1952 estaba calculado en cerca de 200 personas.

El 26 de julio de 1953, un grupo de entre 133 a 147 hombres (incluía algunas mujeres) comandados por Fidel Castro atacaron el Cuartel Moncada de Santiago. “Todos vestían uniformes iguales a los del Ejército y armados con tres rifles de modelo usado en la Segunda Guerra Mundial; 6 Winchester y una ametralladora viejos; rifles calibre 22 y revólveres”, dice el escritor Lucas Morán.

En la granja Siboney se preparó el asalto, y allí llegó Fidel con sus compañeros la mañana de aquel día. Intentarían varios asaltos. Fidel asaltaría el Cuartel Moncada con 90 hombres. Su hermano Raúl debía asaltar el Palacio de Justicia ubicado frente al cuartel con ocho hombres. Otros asaltarían un puesto de vigilancia y, otros más, el hospital desde el cual controlarían una entrada que daba hacia el sitio en que se acuartelaban los soldados. Esperaban sorprender, pero un encuentro casual con una patrulla, adelantó el combate.

Los revolucionarios perdieron la batalla que se saldó con alto número de muertos por ambos bandos, heridos y prisioneros. Pero también un grupo de atacantes dirigidos por Castro logró escapar. Fueron capturados después. A Fidel se le perdonó la vida por intervención del arzobispo de Santiago. Su hermano Raúl fue capturado el 29 de julio en el pueblo de San Luis y enviado preso a Santiago, donde ya tenían a Fidel.

Los atacantes del Moncada fueron juzgados desde el 21 de septiembre del 53 en el Palacio de Justicia, y a Fidel se le juzgó el 16 de octubre. Asumió su propia defensa con el famoso discurso “La Historia me absolverá”. El alegato fue brillante, pero no sirvió para que sus jueces le absolvieran.

Enviado a prisión en la Isla de Pinos, estuvo allí leyendo muchos libros, estudiando y reflexionando hasta que él y sus compañeros fueron amnistiados, dos años más tarde.

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