La verdad detrás de los apodos

Actualizado
  • 17/03/2009 01:00
Creado
  • 17/03/2009 01:00
PANAMÁ. En la campaña política 2009 abundan los sobrenombres. Los políticos estampan su personalidad en las vallas y pancartas, e incl...

PANAMÁ. En la campaña política 2009 abundan los sobrenombres. Los políticos estampan su personalidad en las vallas y pancartas, e incluyen un apodo que los distinga.

Los hay jocosos y tiernos, pero también ridículos y poco serios, e incluso hay otros que invitan a los votantes a preguntarse ¿de dónde habrán salido?

LOS MÁS SONADOS

Algunos han nacido al calor de la familia. Al diputado panameñista Francisco Alemán le han dicho “Pancho” toda su vida —el niega que de chico le hayan dicho “Panchito”, de cariño—. Y ahora, nuevamente buscando la reelección, prefiere ser conocido simplemente como "Pancho" Alemán.

Tiene un sobrino PRD: Miguel Alemán, que se hace llamar “Micky”, al mejor estilo Disney; y así se distingue de su padre, que se llama igual. Aunque en política siguió los pasos de su progenitor, quien fue escolta del mismísimo general Omar Torrijos, fundador del partido.

Otro que señala a la familia como la responsable del mote es el conocido Sergio “Chello” Gálvez. “Todos en el barrio me llamaban así y desde chico me acostumbré a ese nombre”, cuenta el oriundo de El Chorrillo y legislador panameñista del circuito 8-7, quien ahora está buscando ser reelecto, pero en el partido Cambio Democrático. Ha militado con todos los grupos políticos, y siempre ha tenido el mismo sobrenombre. Y le ha valido, pues desde 1989 no pierde una elección.

LOS EXÓTICOS NO FALTAN

Quién no conoce a “Agapito” y su historia. Luis Carlos Cleghorn, legislador arnulfista ansiando la reelección, antes fue actor del programa cómico La Cáscara e interpretaba al célebre Agapito Balón Riscalla. Gustó tanto que ahora pocos lo llaman por su verdadero nombre. Él le saca rédito al apodo y usa el slogan “Agapito está clarito”.

César Paniagua ahora se hace llamar “Coñazo” gracias a un rol que interpretaba en el show Parecen Noticias: el de un papá que le gritaba a sus hijos “coño” y “coñazo”. “Es el clásico latinoamericano”, según define este novato en política que corre para representante de Pueblo Nuevo por el partido Cambio Democrático, y no advierte nada malo en su apodo. Por el contrario, le confiere facultades terapéuticas. “Pienso que es un relajo con el cual la gente se quita el estrés del día y se olvida de los problemas, y eso me hace sentir bien porque se divierten”, dice.

A Dana Castañeda le dicen “La Carismática”. Ella se postula a diputada por el partido Unión Patriótica en el circuito 2-3 en la provincia de Coclé. No sabe de dónde surgió, pero sospecha que el sobrenombre vino de algún comentario en un medio de comunicación. No lo usa como gancho de campaña, pero tampoco le molesta el rimbombante nombre.

EN LO PROFUNDO DEL CLOSET

Hay políticos que, ni de relajo, usan sus apodos en campaña. Uno de ellos es Joaquín Vásquez, actual representante del corregimiento de Ancón del PRD. Cuenta la leyenda que en el año 2002, siendo él aspirante al puesto, se le ocurrió apoyar una manifestación de los vecinos del área. Los ánimos se caldearon y llegaron los antimotines. A Vásquez lo detuvieron como a un rebelde más, y fue a dar a la patrulla; y desde allí gritó implorando ayuda. Ni bien pudo, se bajó del auto en marcha y burló a la seguridad. Pero.. Nunca más se libró del nombre que sobrevivió a la anécdota y hoy es conocido como "Socorro".

VOCES DISIDENTES

Aunque el asunto parezca divertido, no todo es color de rosa. Al menos, la psicóloga Geraldine Emiliani asegura que los sobrenombres al servicio de la campaña, aunque se utilizan para enganchar votos, también denotan “falta de conciencia y de razonamiento político”.

La legisladora del Partido Popular, Teresita Yanis de Arias, considera que el apodo le resta seriedad a los políticos y cree que los votantes, deben “ver la trayectoria política y sus obras”.

De todo hay. Y lo cierto es que, con tantos motes, la papeleta electoral parecerá un pasquín lleno de personajes. Y, guiado por las apariencias, hay quien se pregunta si detrás de la campaña 2009 hay un monagrillero asistente.

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