Actividad minera enfrenta al gobierno con grupos ambientalistas

Actualizado
  • 11/12/2009 01:00
Creado
  • 11/12/2009 01:00
La directora del Centro de Incidencia Ambiental de Panamá (CIAM), Raisa Banfield, cuestionó al gobierno por la forma co...

La directora del Centro de Incidencia Ambiental de Panamá (CIAM), Raisa Banfield, cuestionó al gobierno por la forma como se está encarando la explotación minera en nuestro país, afirmando que hasta el momento no se han visto diferencias entre lo que se hacía antes y lo que se intenta hacer ahora.

La ambientalista afirmó tener pruebas de que en el caso concreto de Petaquilla Gold, S.A., la empresa ha informado que con una inversión de 3,500 millones de dólares esperan recuperar en un periodo de 40 años 36,000 millones, con lo cual la inversión no es más que una "bicoca". Lo más alarmante para Banfield es que el país recibiría por esta concesión solo 237,6 millones, pues los contratos vigentes son absolutamente desventajosos para la nación.

Para Banfield el gobierno no está haciendo frente al verdadero impacto que esta actividad, altamente contaminante, acarrea para el país, y si bien aceptó que muchos son los países que han caminado en esta dirección, con todos los costos ambientales y sociales que significa, en Panamá no hemos visto todavía las verdaderas afectaciones ya que los proyectos no se han comenzado a explotar de la forma deseada.

En el marco de su participación en el programa matutino Debate Abierto, Banfield explicó que nuestro país cuenta con uno de los porcentajes más altos de agua dulce de América Latina, pero que la actividad minera compite fuertemente por el uso de este líquido necesario para la vida humana. Según estudios, para mover una tonelada de tierra se requiren 40 metros cúbicos de agua.

Banfield abogó por incrementar la ganadería y la agricultura, actividades verdaderamente sostenibles. Acotó que en el contrato vigente entre Petaquilla y el Estado la empresa minera recibe "un bono en la medida en que va bajando la presencia del mineral metálico en el yacimiento", lo cual confirma su posición de que no se trata de una actividad sostenible, tal cual afirman sus defensores: "minería y sostenibilidad son dos elmentos no compatibles".

Alida Spadafora, de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), indicó además que actualmente se está requiriendo para explotación minera "un tercio" de nuestro territorio, lo cual no es compatible con actividades tradicionales como la agrícola y la canalera, y por supuesto con el turismo.

El vice ministro de Comercio e Industrias, Ricardo Quijano, aceptó que el contrato Ley firmado en febrero de 1997 entre el Gobierno y la empresa Petaquilla en efecto no es ventajoso para el gobierno, pero que se están haciendo cambios importantes en este sentido. Afirmó que consiguieron que Petaquilla Gold aumentara del 2% al 4% su aporte al Estado, así como un bono de 1 millón anual para apoyar a la población adyacente al proyecto. Se negociaron con la empresa además 300,000 dólares para mitigar los problemas ambientales en el lugar, y que al finalizar el tercer año la empresa comenzara a pagar el impuesto sobre la renta de acuerdo a la norma vigente.

Quijano insistió en que el país camina en la dirección adecuada hacia una minería responsable y sostenible, en la medida en que la misma contribuya a la reforestación de las áreas circundantes y con ello provea de las condiciones adecuadas a la población para dedicarse a las labores tradicionales una vez desaparezcan los yacimientos mineros.

El Ing. Roberto Cuevas, de la Cámara Minera de Panamá (CAMIPA), negó las cifras suministradas por Banfield, asegurando que las 50,000 hectáreas que se deforestan en el país son producto de la agricultura y la ganadería, no de la minería, pero que estas son actividades aceptadas por todos y por eso nadie las cuestiona. Aclaró que con los 10 proyectos mineros que se tienen identificados el área de influencia directa sumaría 5,000 hectáreas. Afirmó también que el agua utilizada es recicable en circuito cerrado.

Cuevas aseguró que si las empresas mineras reforestan 3 y 4 veces lo deforestado, llegando incluso en el caso de Cerro Quema a 10 veces esa cantidad, estamos frente a una actividad positiva para el país, ya que ayuda a hacer frente a la devastanción de nuestros bosques. Y mencionó las riberas del Canal de Panamá, áreas verdes que siguen allí gracias a la actividad canalera.

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