Marinos dejan el mar por la construcción

Actualizado
  • 03/09/2013 02:00
Creado
  • 03/09/2013 02:00
LA CHORRERA. ‘Hay 80 pangas volteadas de las 300 que tenemos. Hace falta marinos. Esto es lamentable y duele’. Así resume el panorama ac...

LA CHORRERA. ‘Hay 80 pangas volteadas de las 300 que tenemos. Hace falta marinos. Esto es lamentable y duele’. Así resume el panorama actual de la pesca en esa zona Gabriel Caballero, presidente de la Cooperativa Asociación de Pescadores Artesanales Génesis de Puerto Caimito, distrito de La Chorrera.

Los altos costos de los materiales que se utilizan para la actividad es una de las razones por las que muchos marinos han abandonado la pesca para buscar empleos en la construcción.

La cooperativa a la cual pertenece Caballero inició con 30 socios, actualmente tiene 24. ‘La actividad no está dando y a la hora de buscar un préstamo nadie nos quiere financiar’, comenta el dirigente.

GANANCIAS Y PÉRDIDAS

En la parte frontal del mercadito, construido a orillas de la playa de Puerto Caimito, hay un grupo de pescadores. Alfredo Muñoz es uno de ellos.

‘Entre gasolina y aceite para los motores nos toca invertir más de $70, a esto hay que sumarle el hielo, que está cuatro dólares con veinticinco centavos el quintal. El dinero aproximado para una salida de una noche es de $100’, detalla Muñoz.

Cuando salimos, agrega Muñoz, nos toca aceptar el precio que los compradores o revendedores nos imponen en el puerto por la pesca.

SITUACIÓN DE SAN CARLOS

‘En este trabajo impera la aventura, en ocasiones se sale a trabajar toda la semana y cuando se va a ver el fruto del trabajo solo se cobra de cinco a $10’, dice Eloy Enrique Vergara, un pescador de San Carlos.

Para Vergara, cada vez son más esporádicas las pescas donde recogían hasta 500 libras de peces.

Entre este distrito, comenta Vergara, también está ocurriendo el abandono de la actividad. ‘Todos los días escuchamos comentarios de compañeros que dicen que si le sale algo fijo en tierra firme dejan esto’.

LA HISTORIA DE GLORIA

Hace tres años el esposo de Gloria Vega quedó sin ayudantes. Fue en ese entonces que Gloria inició el aprendizaje en la actividad pesquera.

36 meses después, Gloria dice que lo más fácil es pescar, que lo difícil es dejar los hijos pequeños al cuidado de los hermanos mayores.

‘Cuando estamos en alta mar nos detienen los patrullas para preguntarnos por los documentos, como los tenemos en regla no hemos tenido problemas. Tampoco nos han asaltado, como a otros pescadores’, sostiene Gloria.

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