Investigan tala ilegal de cocobolo en Coclé

Actualizado
  • 21/04/2014 02:00
Creado
  • 21/04/2014 02:00
Funcionarios de la ANAM investigan la procedencia de 4 mil 575 pies de madera cortada cerca de la reserva hídrica del cerro Guacamaya.

La Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) en la provincia de Coclé decomisó 4 mil 575 pies de cocobolo, una preciada especie en peligro de extinción.

Desde antes de la Semana Santa, en el patio de la ANAM en Penonomé reposan unas 62 tucas y 5 cuadros extraídos de Cañaveral, en Penonomé; y El Potrero y Toro Bravo, en La Pintada, tres comunidades que colindan con las faldas del cerro Guacamaya, considerado un área protegida por ser fuente de agua para más de 20 poblados coclesanos en su contorno.

También se han visto afectados especies de animales como los venados de cola blanca y diversas aves que habitan en el sector, según la ANAM.

Los moradores alertaron a las autoridades ambientales e informaron que la madera se extraía de orillas de quebradas y ríos aledaños a los lugares del decomiso.

La resolución 696 de 17 de octubre de 2013 reglamenta el aprovechamiento del cocobolo. La norma indica que esta madera se podrá utilizar cuando se trate de árboles caídos o quebrados por fenómenos naturales, secos, raíces, estacones, sumergidos, de permisos comunitarios dados a las comarcas, y los sembrados en fincas privadas.

El cocobolo es una madera muy dura que no se puede procesar en Panamá y que se utiliza, generalmente, en la confección de tableros en autos de lujo y para la elaboración de muebles finos, explicó Germania Lara, directora de la ANAM en Coclé.

Las sanciones por las infracciones a esta regulación van de los $6,000 a $50,000 y tres años de prisión.

En el sector de Chimán, al este de la capital en la selvática provincia de Darién, limítrofe con Colombia, se encuentran árboles de cocobolo de más de 20 metros de altura. Allí los madereros que operan en ambas zonas se disputan el preciado recurso.

El pie de madera de cocobolo se vende entre 60 y 80 dólares en el extranjero, y China es uno de los principales compradores, según informaciones de la ANAM.

Lara adelantó que ya se abrió un proceso administrativo de oficio contra las personas involucradas y el Ministerio Público ha iniciado procesos penales en este caso.

Según la funcionaria de ANAM, algunas personas llegan a las agencias de la institución a solicitar permiso de aprovechamiento de distintas especies para uso familiar y luego, de alguna manera, hacen arreglos con los taladores comerciales, compran el permiso y luego venden la madera.

‘No puedo asegurar que la madera sea para exportación, pero de que se está talando, es cierto; con qué fin, no sé’, manifestó Lara.

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