Seguridad pública en tiempos de pandemia

Actualizado
  • 21/05/2020 00:00
Creado
  • 21/05/2020 00:00
Mucho se ha ilustrado sobre el Covid-19 y los abordajes en materia de salud, prevención y datos estadísticos que nos muestran la dinámica del mortal virus.

Mucho se ha ilustrado sobre el Covid-19 y los abordajes en materia de salud, prevención y datos estadísticos que nos muestran la dinámica del mortal virus. El Gobierno, una y otra vez, fomenta la autorreclusión en las casas para evitar la propagación de la enfermedad y valora el esfuerzo de todo el personal sanitario y de científicos que intentan, por un lado mitigarlo, y por el otro encontrar la anhelada cura a través de una vacuna.

Sin embargo, muy poco se ha profundizado sobre las actividades en torno a la seguridad pública y la protección ciudadana; actividades esenciales que no pueden detenerse ante la temible transmisión del nuevo coronavirus. Hablo con singular admiración del capital humano que conforman los estamentos de seguridad, quienes con tenacidad, valentía y carácter se encuentran coordinando y ejecutando, noche y día, las acciones coactivas y coercitivas para garantizar el cumplimiento de las medidas preventivas y distanciamiento, respetando los derechos individuales, aunque algunos así no lo quieran reconocer.

La seguridad pública de Panamá en esta cruzada está representada por la Policía Nacional, Dirección de Investigación Judicial, Servicio Nacional de Fronteras, Servicio Nacional Aeronaval, Sistema de Protección Institucional, Cuerpo de Bomberos, Servicio Nacional de Migración, Autoridad Nacional de Aduana y Protección Civil. Instituciones integradas por hombres y mujeres (que son padres, hijos, hermanos, etc.) que arriesgan y ofrendan su vida en una guerra que aún no acaba, y que seguramente anhelan abrazar a los suyos en el cálido confort del hogar, en los que usted y yo, seguramente, nos encontramos.

La crisis sanitaria en Panamá plantea paralelamente otras incertidumbres y retos muy complicados, por variables que van surgiendo cada día: la distribución puntual de bonos y bolsas con comida, el desempleo, la inactividad económica y la desesperación de nuestra gente, la delincuencia que no se detiene y la irresponsabilidad de quienes no cumplen las medidas de la cuarentena (almas sordas), son solo algunos de los indicadores que abruman a la fuerza pública y que de ninguna forma deben descuidar.

La sociedad panameña siempre estará en deuda con el pie de fuerza que, incondicionalmente, contribuye en la sustentabilidad de un ambiente saludable para todos. Hemos visto con mucha inquietud la vulnerabilidad que desde los diversos puntos de control y cercos sanitarios han estado expuestos nuestros policías, bomberos y rescatistas. Aun así, están allí, atrincherados como los héroes que son, revestidos de valor, con sagacidad, pero matizados con una impronta vocación patriótica, elementos inherentes para cumplir la misión de proteger y servir.

Como en toda sociedad, la nuestra no escapa a esta realidad; naturalmente habrá gente que criticará y se opondrá a estas medidas extraordinarias, pero necesarias. No obstante, frente a todo este estrés colectivo, vale contrastar la parte emotiva, alegre y positiva sobre aquel patrullaje musical de la Policía Nacional en diversos puntos y que, como antídoto, invitaban desde nuestros confinamientos a bailar y enarbolar el emblema patrio, a intentar tener paz en medio de la tormenta. ¡Gracias!, porque la música siempre nutre de fe y esperanza.

No puedo pasar por alto el papel de la Universidad Especializada de las Américas y su intrínseca relación con la fuerza pública. La UDELAS también forma profesionales en el área de la investigación criminal y seguridad, forjados en principios de lealtad, probidad, transparencia, valores que han permitido por muchos años consolidar con capital humano las filas de estos estamentos de nuestra patria panameña.

Finalmente, debemos aprender tal como lo señala Korstanje (2012), que la función de la pandemia no es exterminar a la población, sino fortalecerla. Es imperativo reaprender valores y principios, pero también desaprender la mala y negativa percepción sobre el arduo e inquebrantable trabajo de los organismos de seguridad. ¡Viva Panamá!

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