Un remanso para el cuidado de los perezosos

Actualizado
  • 22/05/2021 09:00
Creado
  • 22/05/2021 09:00
Mediante un santuario en Gamboa, Colón, una fundación ayuda en la rehabilitación de la fauna silvestre afectada por coexistir en la ciudad

A 40 minutos de Albrook , en Gamboa, Colón, se ubica el único santuario de perezosos en Panamá, un área educativa inmersa en el Parque Nacional Soberanía, donde las personas conocen sobre el trabajo de rescate y rehabilitación de la fauna silvestre amenazada por el hombre.

El santuario volvió a abrir sus puertas al público desde el pasado 6 de marzo con el levantamiento de la movilidad los fines de semana. Forma parte del hotel Gamboa Rainforest Reserve, del cual recibe un porcentaje para su funcionamiento, la alimentación y los cuidados de los animales, por el pago de la entrada a las amenidades que ofrece, como: paseo en bote, visita a mariposario y ranario, además del recorrido en teleférico, este último único en el país.

El recinto opera desde finales de año 2017, bajo la administración de la Asociación Panamericana para la Conservación (APPC) —entidad sin fines de lucro— que ha atendido a la fecha cerca de 5,500 animales silvestres. La mayoría regresa al bosque.

Cada año el recinto recibe a aproximadamente 450 animales silvestres, de los cuales el 40%, es decir, unos 180 son perezosos entre adultos lacerados y huérfanos.

Los perezosos no son osos ni mono, y en Panamá hay tres especies. El Choloepus hoffmanni, de dos dedos y el Bradypus variegatus, de tres dedos, este último además tiene cola, pero hasta ahora la APPC solo ha atendido los dos primeros, ya que el Bradypus Pygmaeus, de tres dedos, se ubica en el Escudo de Veraguas, en la Comarca Ngäbe-Buglé.

Entre las principales amenazas de estos mamíferos placentarios cuya dieta consiste en hojas y tienen una lenta velocidad de 600 a 700 metros por hora, están las calles con carros sobre el límite de velocidad, los tendidos eléctricos y los perros.

Néstor Correa, director de la APPC y quien dirige el Santuario de Perezosos, comentó que el objetivo principal es educar a los visitantes y que los animales puedan regresar al bosque, y para ello, "los cuidamos y los rehabilitamos, y una vez listos estarán en un área protegida de reproducción, cercada y vigilada para que no escapen ni sean presa de depredadores naturales".

"La mayoría llega al santuario por atropello", comentó Correa que a través de la APPC ha ayudado a la vida silvestre desde 2005. Los perezosos tardan de 5 a 7 minutos en cruzar una calle de dos vías, acción que se complica al escuchar ruido, ya que se paralizan y "pueden ser víctima de conductores que van por encima del límite permitido y de aquellos que están mirando el celular", afirmó el conservacionista.

Relató que también tienen casos especiales donde el animal debido a sus lesiones no puede regresar al bosque y se convierte en embajador.

Tal es el caso de Mandy, una perezosa hoy de tres a cuatro años, que de bebé junto a su madre sufrió de una descarga del tendido eléctrico, donde además de perder a su madre, se lesionó una pata superior —la cual fue amputada— y perdió parte del maxilar inferior. "Ella, es un animal discapacitado, a la cual le tuvimos que diseñar un proceso de rehabilitación para enseñarle a andar con tres patas y vigilamos que se coma bien sus alimentos", relató Correa.

En estos momentos, la APPC atiende a una veintena de perezosos huérfanos, a los cuales, en reemplazo de sus madres, sus cuidadores los dejan interactuar por un año, en el regazo de huérfanos mayores, ya que las perezosas adultas rechazan estas crías.

ACCIONES POSITIVAS

Los perezosos llegan al santuario por la fragmentación de bosques o carreteras; sin embargo, para cambiar esa realidad, la APPC trabaja junto a la Fundación Natura y otros biólogos, en la campaña denominada "Yo freno por los animales", que consiste en hacer estudios para la construcción de pasos de fauna, los que serían elevados, y estarían acompañados de cámaras de seguridad con movimiento, para que los conductores que transitan las áreas colindantes con bosques estén alerta y reduzcan la velocidad al estar animales cerca a la carretera. Estos sistemas de alerta se usan en Canadá, Estados Unidos, México y Costa Rica.

Correa comentó que a pesar de que esperaba que con la pandemia se diera una baja en los atropellos de fauna silvestre, cada semana la APPC recibe de 10 a 15 animales atropellados —igual que sin pandemia— solo de la avenida Omar Torrijos, la carretera que conduce a Gamboa.

No obstante, aclaró, variando el número de casos, la situación se puede replicar en áreas urbanas contiguas al bosques, como: Arraiján, La Chorrera, Las Cumbres, Chilibre, Howard, Clayton y Albrook.

Además de los perezosos, la APPC atiende, rehabilita y trata de devolver al bosque otras especiales, como: zarigüeyas, ardillas, aves rapaces, hormigueros, puercoespines, y en menor escala felinos pequeños.

La mayoría de los animales que llegan al santuario tienen alguna lesión, otros sufren de alguna malformación. Para su rescate, la APPC trabaja de manera coordinada con la división de Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), la Policía Ambiental y el Centro Veterinario de Panamá, quienes se encarguen de un primer rescate y atención veterinaria del animal, para luego ser trasladado al Santuario. Según la gravedad de la o las lesiones, los animales permanecen en el recinto en Gamboa.

El representante de la APPC aclaró que "la fauna silvestre no es para mascota", las personas que desean rescatarles deben llamar a MiAmbiente o a la Policía Ambiental, ya que deben tener ciertos cuidados o conocimientos de manipulación de la especie, para que el animal no se lastime, ni lastime a alguien.

Para el rescate de la vida silvestre todo se trata de una rápida comunicación, y el animal de requerir rehabilitación es trasladado al Santuario porque:

PLANES A FUTURO

La pandemia atrasó varios proyectos del Santuario de Perezosos, ya que junto con el hotel habían adelantado conversaciones para ampliar el área de las exhibiciones educativas. "Queremos expandirnos para contar con un espacio para un tapir, hormiguero y puercoespín. No sería un zoológico, ni tendría jaula, pues la idea es tener un recinto transitorio, para animales que están en reintroducción", señaló.

En estos momentos, la APPC cuenta con un área de exhibición, pero el mismo tendría que ser habilitado para que los cuidadores manipulen a los animales y estos estén en aparatos ideados para ellos. "Estos animales son como nosotros los humanos, pueden tener cierta dinamismo durante el día, pero también descansan, y se han dado situaciones donde requerimos rotarlos, pues cuando están descansando no interactúan con el cuidador y la idea es que los visitantes se lleven la mejor experiencia y conocimientos de los mismos", puntualizó el experto.

La APPC además aspira a contar con un área cerrada con vidrio templado, para exhibir cómo los y las cuidadoras atienden y cuidan de estos animales en rehabilitación. "Esa área contaría con un clima controlado adecuado para los animales", dijo.

Con estas visitas a Gamboa a Correa lo que más le interesa es que las personas tomen conciencia de la situación con relación a la pérdida de biodiversidad, a través de un paseo de diversión donde la idea es que aprendan y conozcan más sobre la fauna silvestre, ya que pueden ver más de cerca estos animales silvestres que coexisten con el paisaje cultura, construido por el hombre.

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