Panamá, entre los países más propensos a tener olas de calor extremas

Actualizado
  • 10/05/2023 00:00
Creado
  • 10/05/2023 00:00
Un estudio de la Universidad de Brístol, en Reino Unido, coloca a Panamá entre las naciones más propensas a padecer olas de calor extremas, lo que puede ocasionar daños perjudiciales para la vida y el desarrollo agrícola de las naciones
Panamá y Centroamérica no están preparados para una ola de calor extrema.

La capacidad que tenga una nación para estar preparada ante un evento climático extremo será clave para que ese país logre reducir las consecuencias que traiga consigo. Esta fue una de las conclusiones a las cuales llegaron seis investigadores de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.

Una capacidad que, a criterio de los investigadores, no posee Panamá, pues al igual que otros países de la región centroamericana, no se ha visto expuesta a condiciones de temperatura extrema, de forma seguida, a lo largo de su historia.

“A menudo, las regiones solo están preparadas para eventos tan extremos como los que ya han experimentado, con la planificación iniciada por desastres pasados. Los formuladores de políticas y los gobiernos deben prepararse para eventos más allá de los registros actuales, particularmente con las tendencias causadas por el cambio climático antropogénico que aumentan la probabilidad de eventos extremos”, plantea la investigación titulada 'Las regiones del mundo con mayor riesgo de olas de calor de alto impacto', que recientemente se publicó en la revista Nature.

Aunque las olas de calor pueden resultar mortales, la planificación adecuada ayuda a salvar vidas. Así quedó demostrado tras las acciones que implementó la Unión Europea (UE), en su jurisdicción, luego de la letal ola de calor de 2003, que cobró la vida de 1,316 personas.

Abril fue el mes más caluroso del año en Panamá.

El organismo decidió establecer centros de enfriamiento locales y la reducción de horas de trabajo en profesiones que se den al aire libre, lo que disminuyó la tasa de fallecidos en la ola que pasaron en 2006.

Una realidad que se vivió también en Bangladesh, con el desarrollo de planes de respuesta humanitaria que fueron clave para reducir la tasa de mortalidad que ocasionó el ciclón Amphan, en 2020.

Si consideramos que la investigación afirma que el 31% de los 136 países estudiados han experimentado, en algún punto de los últimos 60 años, condiciones climáticas tan extremas e improbables, que no pueden ser anticipadas por los modelos climáticos, se hace necesario que Panamá esté preparada para una ola de calor mortal, que llegue de forma imprevista.

Lo que hace vulnerable a nuestro país y a Centroamérica no es únicamente su poca experiencia en manejo de calores extremos, también influye su acelerado aumento poblacional y su limitado desarrollo socioeconómico, alega el documento.

“Los países con un mayor crecimiento demográfico proyectado pueden hacer frente a las condiciones actuales, pero sus servicios de salud y suministro de energía pueden verse desbordados si los formuladores de políticas no planifican adecuadamente”, puntualiza.

El Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (Imhpa) anunció que abril fue el mes más caluroso del año en nuestro territorio, producto de la poca cobertura de nubes y su cercanía al Ecuador, lo que aumentó la incidencia de la radiación solar.

Una realidad que seguimos experimentando hasta la actualidad y que, según la entidad, tendrá su fin con la llegada de la estación lluviosa, en este mes de mayo.

“Las elevadas temperaturas sostenidas no solo pueden causar la muerte de personas de manera directa, sino que también complican considerablemente la vida cotidiana y el trabajo, pueden generar devastación en la agricultura y el desarrollo agrícola, además de generar efectos secundarios como un incremento en el riesgo de incendios forestales”, concluye el estudio.

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