¿Podrá la Asamblea ser independiente?

Actualizado
  • 01/05/2009 02:00
Creado
  • 01/05/2009 02:00
PANAMÁ. En marzo de 1968, la Guardia Nacional impidió el ingreso de los diputados a la Asamblea Nacional. En aquella fecha se realizab...

PANAMÁ. En marzo de 1968, la Guardia Nacional impidió el ingreso de los diputados a la Asamblea Nacional. En aquella fecha se realizaba el juicio al ex presidente Marcos A. Robles por un supuesto uso ilegal de recursos del Estado. El diputado Carlos Iván Zúñiga (q. e. p. d. ), al ver frustrado su ingreso, exclamó: ¡La Constitución ha muerto!

Eran tiempos en que la población escuchaba las deliberaciones legislativas en la radio. La época de los grandes oradores panameños que para muchos se fue, y solo es polvo de la historia. “Hoy tenemos una Asamblea mediocre que, producto del control absoluto del Ejecutivo, impide que los diputados brillen”, reflexiona el ingeniero José Blandón, analista político. ¿Podrán cambiar las cosas en el nuevo quinquenio? ¿Es posible que la nueva Asamblea sea independiente?

LAS GARZAS

El último quinquenio legislativo se enmarca ya dentro de los anales de la historia como un período de poca o nula independencia de este órgano del Estado. La razón es simple: el partido oficialista —el Revolucionario Democrático— obtuvo 45 de los 79 escaños de este órgano unicameral y la mayoría de las decisiones tomadas en la Asamblea fueron decididas en el Palacio de las Garzas. El analista José Blandón asegura que “el único período independiente fue el año en que Pedro Miguel González presidió la Asamblea”. Mientras la presidencia de Pedro Miguel echaba por tierra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos —empujado por Torrijos—, la Asamblea logró aprobar la Ley Antitabaco. Fue un momento único, porque Pedro Miguel tuvo que negociar con los diputados opositores y hasta logró llegar a acuerdos.

“Pero al margen de ese período, la Asamblea en sí no cumplió con su papel fiscalizador y de contrapeso del Ejecutivo”, resalta Blandón.

“Lamentablemente la Asamblea Nacional no es un ente independiente”, concuerda también el diputado panameñista Alcibiades Vásquez.

Elías Castillo, uno de los diputados con más reelecciones a cuestas, asegura que uno de los grandes avances de este quinquenio fue la aprobación del Código Penal y Procesal, la que permite más libertad a los medios de comunicación. También la despenalización del delito de calumnia e injuria se cuenta entre los puntos a favor. “Opina que “Las reformas a las leyes sobre el uso de armas también fue un avance”, finaliza Castillo.

EL SOMETIMIENTO

Para ejemplificar cuán fuerte es y fue la presencia del Ejecutivo en la Asamblea desde el golpe del 68 hasta ahora, basta echar la mirada a lo que aprobaron sus diputados: ¡Prácticamente los mandatos de la Presidencia! Con la primera reforma a la Caja de Seguro Social (CSS), la Asamblea tuvo su oportunidad de lucirse, pero complació al Ejecutivo. La ley se aprobó, pero recibió un fuerte rechazo en las calles y hubo que derogarla. Fue luego —a través de un Diálogo Nacional por la CSS— que se aprobó una nueva ley que replanteó todo el tema de la seguridad social, muy distinto a la ley que tuvieron que derogar.

Con el paquete de reformas a la Seguridad Nacional fue peor. El Legislativo le aprobó poderes extraordinarios al Ejecutivo para que hiciera las modificaciones que quisiera y luego ni siquiera sometió a análisis los decretos-leyes aprobados, contrariando el mandato de la propia Constitución.

En lugar de legislar para disminuir la criminalidad “los decretos están a favor de los Estados Unidos y no del Gobierno panameño”, dice Marco Gandásegui hijo, sociólogo y catedrático de la Universidad de Panamá.

También ocurrió con el proyecto sobre sexualidad. El Ejecutivo lo presentó por intermedio de la ministra de Salud, Rosario Turner, pero cuando la presión ciudadana de los opositores al proyecto fue creciendo, el proyecto fue retirado por la propia ministra. La Asamblea no siguió el tema tampoco.

En los últimos meses 58 de los 79 diputados están buscando la reelección, lo que ha provocado una asistencia casi nula y una pobre productividad en la que como publicó La Estrella , reinaron las ausencias. Eso sí, a nadie se le descuenta un real porque los diputados tienen rienda suelta y sin límite para pedir licencia.

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