Martín Torrijos en el día de su adiós

Actualizado
  • 01/07/2009 02:00
Creado
  • 01/07/2009 02:00
PANAMÁ. Con un “hasta luego”, y rodeado de sus más cercanos colaboradores, Martín Torrijos y su esposa Vivian abandonaron ayer en la ta...

PANAMÁ. Con un “hasta luego”, y rodeado de sus más cercanos colaboradores, Martín Torrijos y su esposa Vivian abandonaron ayer en la tarde la Presidencia de la República, poniendo término a su gestión al frente del Estado panameño.

Fue una despedida inusual. Minutos antes de salir del “bunker”, la fortaleza que alberga las oficinas centrales del Palacio de las Garzas, hubo murgas, cantos, risas nerviosas y lágrimas.. muchas lágrimas.

La canción Patria, que animó la mayor parte de los actos públicos del hasta ayer Presidente de la República, sonó por última vez en tales circunstancias.

La murga que trajo el representante de Calidonia, Ramón Ashby Chial hizo lo posible por animar el ambiente, pero algunas tonadas, como La Cocaleca, Calle Arriba y Pescao sonaban con un dejo de nostalgia.

Por fin, Torrijos hizo su último recorrido del bunker al Palacio. Allí se reunió con gente muy cercana: Aristides Royo, Jorge Eduardo Ritter, Luis “Lucho” Gómez, Ramón Cardoze, Alfredo Oranges, Boris Moreno, Rubén Blades, “Chavitín Huertas.

Bajó las escalinatas y dio el más breve discurso en sus cinco años de gobierno.

“Ha sido un gran honor.. gracias al pueblo panameño y gracias a Dios por darme la oportunidad de ser presidente durante estos años.. que Dios bendiga a Panamá y muy buena suerte.. ¡Hasta luego!”

Fueron tan sólo 12 segundos, que resumieron los años del mandato presidencial de Torrijos y su paso por la casa de gobierno. No habló más. Estrechó algunas manos y caminó junto a Vivian hacia la Catedral Metropolitana.

La murga se apagó y la gente se retiró.

EL ÚLTIMO INFORME

Más temprano, la última sesión en la Asamblea de Diputados inició pasadas las 10:00 de la mañana. Luego de la aprobación de cuatro nuevas leyes y de la participación del ex canciller Samuel Lewis Navarro seguía el siguiente punto: informar al presidente de la República Martín Torrijos de que la sesión había culminado.

Como ha ocurrido en el último quinquenio los diputados nombraron a la comisión encargada de dar la información al presidente Torrijos. La designación recayó en los diputados: Maricruz Padilla, Hermisenda Perea, Juvenal Martínez, Manuel Grimaldo, Carlos Clerghorn, Alberto Barranco. Todos diputados no reelectos.

Pasadas las 12:00 del mediodía, la comisión salió hacia la Presidencia de la República a informar al presidente de la culminación de la sesión. Mientras tanto los diputados declararon un receso.

Durante este receso aprovecharon para caminar en el pleno legislativo, y hacer una que otra broma entre ellos. Esto mientras esperaban que llegara la comisión con Torrijos.

Ya en el recinto, también aguardaban por la llegada de Torrijos los ministros que integraron su Gabinete. Del otro lado Harley Mitchell, magistado de la Corte Suprema de Justicia; Ana Matilde Gómez, procuradora general de la Nación; Oscar Ceville, procurador de la Administración y el defensor del Pueblo, Ricardo Vargas, también esperaban la llegada de Torrijos.

Torrijos llegó al pleno acompañado de su esposa. Saludó a todos sus ministros de Estado con un efusivo abrazo. Raúl Rodríguez, ex presidente de la Asamblea tomó la palabra. Posterior a ello, llegó el turno del mandatario saliente. Fueron ocho minutos en que Torrijos resumió sus cinco años de gobierno.

“No pretendo describir un país idealizado y sin problemas. Todavía quedan muchos retos por delante que gobiernos sucesivos empezando desde mañana (hoy) tendrán que afrontar, pero contarán con los recursos necesarios para hacerle frente”. Doy gracias a Dios y al pueblo panameño por haberme permitido servir a la Nación desde la más alta magistratura y a ustedes por haber compartido la gestión que hoy termina”, dijo Torrijos.

Agregó que “la mayor de todas las satisfacciones es la de poder mirar a los ojos a mis hijos y a mi esposa, a mi familia, a todos mis compatriotas sin ningún ápice de vergüenza, porque honré el juramento de cumplir la Constitución y la misión que me encomendó el pueblo panameño en el 2004.

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