Las últimas horas en su ciudad predilecta

Actualizado
  • 12/12/2011 01:00
Creado
  • 12/12/2011 01:00
PARÍS. La partida de Manuel Antonio Noriega no generó ningún tipo de expectativa en París. Tras dos años de permanencia en la prisión La...

PARÍS. La partida de Manuel Antonio Noriega no generó ningún tipo de expectativa en París. Tras dos años de permanencia en la prisión La Santé, para presos VIP, el operativo policial dispuesto para el traslado se advirtió más por los pocos minutos que retrasó el tránsito en el Distrito del Observatorio, en la orilla izquierda del Sena, que por el ‘Hombre’ desplazado.

Noriega abandonó ayer su ciudad preferida habiendo conseguido apenas unos minutos en los canales de noticias franceses. No le fue igual en las ediciones del domingo y lunes del rotativo Le Monde, donde sí aparecieron las últimas informaciones relacionadas con la cumbre climática de Durban y hasta una caricatura en conmemoración de los ochenta años de Babar, el popular personaje animado.

SORPRESA EN EL LOBBY

Un par de horas antes de la despedida, un hombre alto, moreno y con un corte militar franqueaba la entrada del Hotel Belmont. Para resguardarse del frío decembrino llevaba un jacket negro con una insignia en la que se podía leer ‘Proteger y servir’, conocido lema de la Policía Nacional de Panamá. El sujeto atravesó el lobby cargando una bolsa plástica y abordó el ascensor mientras canturreaba una salsa clásica.

Ya dentro del hotel nos encontramos con el procurador general de la Panamá, José Ayú Prado, y el director de asuntos jurídicos de la Cancillería panameña, Vladimir Franco. ‘Me debes plata’, le dijo Ayú Prado a Franco, quien reveló que ambos habían apostado que los periodistas panameños no encontrarían el lugar donde se hospedaban.

ENCUENTRO EN LA SANTÉ

‘Mi conversación con Noriega fue muy escueta. Sólo le planteé cómo se iba a hacer el traslado. No me manifestó nada que revelara algún tipo de emoción sobre su retorno a Panamá. Fue una reunión de unos cuantos minutos’, expresó Franco.

‘La extradición se logró gracias a un tema de reciprocidad entre los dos países, al no existir todavía un tratado de extradición entre Panamá y Francia’, puntualizó Franco, que se encontraba fatigado por la cantidad de trámites y diligencias que fue necesario efectuar para concretar la salida del ‘Man’ de Francia.

A raíz del intenso intercambio que se sostuvo con el Ministerio de Relaciones Exteriores francés, la Cancillería recomendó ‘iniciar las negociaciones de un acuerdo de extradición, por lo cual Panamá se comprometió a presentar un proyecto en los meses subsiguientes para ver si se hace viable a futuro’.

‘Actualmente hay muchos convenios multilaterales (relacionados con la extradición). La conveniencia es firmar convenios bilaterales’, recalcó el procurador, cuya función primordial en París fue la de servir como asesor jurídico a los miembros de la Cancillería panameña.

Franco detalló que, además de Ayú Prado, la delegación que ayer viajó de Europa al Istmo junto al ex militar estuvo conformada por un ‘médico, tres custodios y dos funcionarios de cancillería’. Indicó que a su llegada al aeropuerto de Tocumen, los custodios de Noriega serían relevados por efectivos de la Policía Nacional, quienes deben dirigirlo al lugar designado por el sistema penitenciario nacional. ‘Nuestra responsabilidad termina en el aeropuerto (de Tocumen)’, expresó Franco, casi con alivio, tras un trabajo de coordinación ‘titánico’ que involucró también a personal de las embajadas de Panamá en Francia y España, y a autoridades de los dos países europeos.

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