• 28/08/2008 02:00

Políticas militares y neoliberalismo

Desde afuera, EEUU presiona a Panamá para convertirla en plataforma de su política intervensionista. Panamá es una pieza clave de EEUU e...

Desde afuera, EEUU presiona a Panamá para convertirla en plataforma de su política intervensionista. Panamá es una pieza clave de EEUU en su relación militar con Colombia, único gobierno de la región cuya legitimidad es cuestionada. La presencia militar de EEUU y el tráfico de drogas le permite a Colombia mantener su economía a flote.

Panamá es el único país de la región que puede convertirse en la presente coyuntura en un aliado estratégico de EEUU. Ecuador le acaba de exigir a EEUU la evacuación de su base militar en Manta. El nuevo presidente Lugo en Paraguay no tiene interés en ser aliado militar de EEUU. Honduras acaba de ingresar a ALBA. El Salvador promete cambiar su gobierno conservador mediante elecciones a principios de 2009. Panamá parece ser el eslabón más débil y su militarización por parte de Washington está caminando a marcha forzada.

En materia económica, Torrijos se ha mantenido inflexible y sigue la línea neoliberal que le dictan sus asesores económicos. Los empleos productivos disminuyen y, al mismo tiempo, aumentan las operaciones especulativas que atraen a inversionistas de dudosa reputación.

En materia de seguridad, Panamá acaba de hacer concesiones peligrosas a EEUU, decretando reformas que prácticamente dejan en manos de ese país las instituciones represivas del país. Los operativos de seguridad han quedado concentrados en un Vice-ministerio de Gobierno y Justicia que no tiene que rendir cuentas. A su vez, se creó un Servicio Nacional de Fronteras (que sólo operará en la frontera con Colombia) que asistirá a EEUU.

El arreglo de seguridad nacional entre el actual gobierno panameño y EEUU calca el camino iniciado hace 60 años cuando EEUU armó a la Policía Nacional y creó la Guardia Nacional. EEUU financió sus actividades “secretas” con el negocio de las drogas que heredaron los militares panameños. Para los militares panameños la alianza con EEUU resultó trágica. En 1955 fue asesinado el presidente Remón, en 1981 fue “accidentado” el general Omar Torrijos y en 1989 fue secuestrado y condenado en Miami el general Noriega. La alianza militarista con EEUU significó corrupción, una dictadura que duró 21 años y una invasión cuyo costo en vidas humanas todavía no ha sido investigado.

El siglo XXI se inaugura con una combinación de militarismo y más neoliberalismo.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus