• 06/09/2008 02:00

Más inseguridad

Ignorar los factores sociales es el peor de los desaciertos, tanto como las promesas vacías que llevan a dar a los ciudadanos más insegu...

Ignorar los factores sociales es el peor de los desaciertos, tanto como las promesas vacías que llevan a dar a los ciudadanos más inseguridad. La mentalidad detrás de los cinco proyectos es “en el tiempo de los militares esas cosas no pasaban”. Es decir, esa criminalidad no se daba, mintiendo deliberadamente en ambos sentidos.

Primero, el reforzamiento de la logística militar y la doctrina castrense en la mayoría de nuestros países —incluyendo EEUU— no ha resuelto el problema del narcotráfico. La realidad es que sin consumo, se cae el narcotráfico, ellos saben que las ciudades que han tenido éxito en la lucha contra la delincuencia lo han logrado con una estrategia en base a lo social y a lo policial.

Segundo, eso antes no sucedía, porque eran los militares quienes trasegaban drogas y se dedicaban a otros delitos, hasta el punto de confesar el numero dos del Estado Mayor que construyó su casa con el dinero producto del tráfico humano. Mayor sorpresa, que la de conocer todo lo relacionado con Noriega, nos llevamos después al saber que el hombre de la DEA que arrestó y se llevó a Tony posteriormente hizo dinero con el narcotráfico.

Todo lo anterior nos revela que este flagelo se nutre de las profundas bajezas del ser humano y, hasta que no haya un verdadero cambio de enfoque, estrategia y en nuestro propio interior, el problema dista mucho de mejorar. Mientras, planean gastarse $300 mil millones en inseguridad para tres millones de habitantes.

Como dijo el hijo de Ña Upa, machete en mano: “¿Alguien ha visto mis 100 millones? ¡Que me los den, carajo!, que yo me cuido solo!”. Para algunos, todo es “made in USA”, para otros “made in Mexico” por lo del Plan Mérida o por la estrategia de los perredés para perpetuarse en el poder al mejor estilo priísta. El militarismo no resolverá el problema de la delincuencia local, menos del narcotráfico internacional, eso es puro cuento chino, gringo o mexicano. Ni mano dura, ni mano suave, lo trascendental sería enfocarse en trabajar en políticas públicas de consenso, planificar una solución nacional, no por imposición extranjera, ni local, que nos permita entre todos los actores sociales enrumbar nuestro Panamá por un mejor camino, que todos nos merecemos.

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