• 01/10/2008 02:00

Por qué no soy ‘congo’

Frente a la abrumadora realidad de una sociedad llena de distorsiones y abusos contra el más débil, un medio de comunicación intenta rom...

Frente a la abrumadora realidad de una sociedad llena de distorsiones y abusos contra el más débil, un medio de comunicación intenta romper el círculo. Se trata de W radio, que, de una idea espontánea, ha emprendido una campaña que por lo menos cumpla el objetivo de servir de desahogo a quienes sentimos que los problemas de nuestra sociedad, son más una falta de solución, que un problema verdadero.

En la emisora citada se ideó emprender una cruzada para advertirle a quienes gobiernan y otros círculos de poder que, pese a nuestra acostumbrada inacción, estamos conscientes del abuso que tiene lugar hoy, en el siglo XXI. Eso lo resumieron en la frase: “Yo no soy congo”, y que imprimieron en camisetas.

Un destacado conocedor de nuestro folklore y raíces ha reflexionado sobre el asunto, preguntándose si el término es o no una degradación o quizás un intento inconsciente por negar nuestra herencia racial. Tal vez el uso que hoy tiene el término en nuestra sociedad parte, precisamente, del abuso con que los colonizadores trataron a nuestros ancestros. Me refiero a que empezamos a llamar “congos” entre nosotros a quienes pacientemente admiten ser explotados, abusados y en algún caso esclavizados por grupos que a la fuerza en aquellos días, y a la influencia en los nuestros, dominan la sociedad. Es quizás el mismo caso de la palabra “rebencazo”, que se origina en el golpe que se da con el “rebenque”... especie de látigo de moda en mano de los amos de aquellos tiempos.

No sé si mis ancestros africanos provenían del sector en ese continente que hoy conocemos como El Congo, puede que sí, o puede que no. Pero sí estoy seguro de que esos fuertes y valerosos negros hubiesen combatido hoy con igual fiereza contra los abusos de los círculos de poder, como entonces resistieron el abuso de los esclavizadores. Algunas veces con cantos, otras con burla y en el caso de los más “cimarrones”, con abierta rebeldía.

Además, en los 36 años de vida que Dios me ha permitido vivir en este país, nunca he escuchado la utilización de la palabra “congo” como referencia al grupo de la etnia negra; en el cual tengo un alto porcentaje de mis raíces. Más bien, comúnmente se nos ha identificado como “chombos” o  “mecos” (este último una degeneración en la pronunciación de la expresión “jamaican”, “maican”, sobre todo en Colón para referirse a los negros de las islas del Caribe, que por haber sido colonizados por los ingleses hablaban inglés.)

 Al final, el debate es propicio, pues refuerza un rechazo a ser tratado como “congos”, al menos esta vez. Estoy seguro de que si nuestros ancestros negros hubiesen tenido la oportunidad de hacer una camiseta y empezar una campaña hace 500 años, también le hubieran dicho a los autodenominados “amos”: “Ey!, yo no soy tu congo”...

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