Integración... Una opinión

“Las grandes potencias han utilizado su poder político y económico para configurar la globalización de forma que ellas ganen y los países pobres salgan empobrecidos”, Joseph E. Stiglitz.

Aunque el tema de fondo de la conferencia del Dr. Ramírez Mercado fue la integración, cubrió diversos aspectos del quehacer político, pero sobre integración dijo: “Está visto que hoy más que nunca, en un mundo como el que vivimos, las pequeñas parcelas que componen la región centroamericana cada vez son menos viables por sí solas, incapaces de resistir los cada vez más creciente embates globales, en cuanto a mercados y tecnología. Mi paisano Rubén Darío lo veía con virtud profética desde comienzos del siglo veinte, cuando nos alcanzaban los ecos de la transformación tecnológica industrial: “únanse, brillen, secúndanse tantos vigores dispersos”, pedía”.

Su disertación me impresionó como cátedra de Economía Política, de invaluable utilidad para el equipo técnico encargado del manejo de esta disciplina; entre algunas de sus reflexiones valga resaltar estas: “Los hilos que mueven la economía del planeta son mucho más sofisticados, y volubles, y parten del dominio de los recursos tecnológicos, que no tienen peso en toneladas. ?. La globalización, que depende del uso voraz de esa tecnología, integra capitales y mercados desde sitios entre sí lejanos. Y como la reposición tecnológica es cada vez más acelerada, la competitividad de economías pequeñas se vuelve precaria, para no hablar de la supervivencia de los mercados simplemente locales en países de escasa población y escaso desarrollo. La manera cómo funcionan nuestras economías hacia adentro, bajo estrictas reglas de disciplina financiera, y bajo prohibición de distraer recursos en áreas de necesidad social cuando esos recursos no pueden ser financiados, está íntimamente emparentada con la manera cómo funciona la economía en términos globales. La ruptura de este esquema, en beneficio de un modelo justo de crecimiento es posible, siempre que desde dentro de nuestros países podamos organizar una posición crítica coherente, que nos saque del círculo vicioso en el que giran la servidumbre al modelo tal como se nos entrega, y el rechazo ideológico a ese modelo”.

Efectivamente, la historia de los países subdesarrollados, particularmente en nuestra región, reconoce como causa la imposibilidad de los gobiernos de los Estados nacionales para ejecutar un proyecto propio. El poder económico mundial se las arregla muy bien con la denominada democracia representativa, en la cual básicamente dos partidos grandes o pequeños, pero aliados, se alternan el ejercicio del poder; aparentando un cambio que no es más que una ilusión, porque ambos resguardan siempre los mismos intereses; pero cuando este instrumento civil pierde capacidad para hacer las tareas, simplemente lo reemplazan con las fuerzas armadas, que hacen lo mismo, pero más fácilmente, gracias a la concentración del poder; hecho que explica la permanente insatisfacción de los pueblos sometidos al esquema, cuyo objetivo es mantener intacto el modelo económico que garantiza la concentración de la riqueza de unos pocos a expensas de la explotación de muchos otros.

Comparto la idea de que la integración regional es mandatoria, pero antes es imprescindible definir un nuevo orden económico, para cuyo propósito debemos tratar conjuntamente la deuda; objetivo imposible cuando los responsables se desviven por obtener reconocimiento de los culpables de la actual debacle financiera ? ¿Usted qué opina?