• 22/10/2008 02:00

Portobelo, devoción e historia o fanatismo

Haciendo un recuento histórico, la verdadera efervescencia de la celebración del Nazareno de Portobelo se remonta a la etapa colonial do...

Haciendo un recuento histórico, la verdadera efervescencia de la celebración del Nazareno de Portobelo se remonta a la etapa colonial donde el oro y la plata era la codicia del conquistador y colonizador y la imposición del sometimiento al negro, sin tener que ver su condición social, política y religiosa.

Lo cierto es que sólo por ser negro se daba a conocer el sistema segregacionista donde no existía vulnerabilidad. Su familia, sus costumbres eran mancilladas por estas acciones sin tener alguien que los defendiera. Fue entonces que la llegada de un buque que traía una imagen esculpida de un Cristo Negro transformó a los portobelinos, quienes vieron esa imagen como un libertador; sin embargo, todo ha quedado en tradiciones y costumbres heredada de sus antepasados con sus tradiciones portobelinas.

Miles de peregrinos cumplen en estos días —especialmente ayer 21— promesa y se aglomeran en la estrecha entrada del histórico pueblo de Portobelo, en el Caribe panameño, para venerar al más negro de los santos lugareños, un Cristo de ojos tristes que los mira a todos como iguales.

La narrativa popular mantiene dos vertientes, una señala que unos pescadores encontraron al santo flotando en las aguas del Caribe, y otra que un galeón con escudo español llegó a tierra firme, debido al mal tiempo, con dos imágenes a bordo, una de un Cristo blanco y otra de un Cristo negro. Cada vez que el barco intentaba zarpar con su carga se desataba una tormenta que lo impedía. Al cabo de varios intentos, los españoles decidieron dejar al Cristo Negro en Portobelo y pudieron finalmente partir.

Portobelo fue declarado patrimonio de la humanidad por la USCO en 1980, se conjunto monumental histórico incluye las iglesias Hospital San Juan de Dios y la de San Felipe, los fuertes Santiago de la Gloria, Santiago, San Felipe, San Fernando, la Aduana de Portobelo, el Castillo de San Jerónimo, la Batería Santiago, la Casa Fuerte Santiago y el Baluarte Tres Cruces.

Lo cierto es que estas tradiciones están llenas de falsa leyendas que caen en idolatría y fanatismo puramente religioso, lo que en sí destruye la moral de las personas. No es justo ver cómo personas se inclinan ante imágenes que no tienen el verdadero poder. Lo fundamental es que debe reiterarse que solamente Dios tiene el Poder y ninguna imagen esculpida por el hombre tiene valor. Dios es la única Persona a la que se le debe adoración y no ídolos como estos santos, creados por el ser humano, donde lo que tienen en sus corazones es yeso y transformaciones humanas para dominar a las personas. Es mejor que las personas no caigan en esas clases de llamados, porque sólo son actos de idolatría inspirados en actos satánicos.

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