• 22/12/2008 01:00

La bipolaridad política de Balbina

Escuchaba recientemente en el programa de Domplín, el amigo fraternal de Navarro, cuando entrevistaba a la candidata del PRD sobre la no...

Escuchaba recientemente en el programa de Domplín, el amigo fraternal de Navarro, cuando entrevistaba a la candidata del PRD sobre la noticia que se había difundido sobre su posible declinación a la candidatura presidencial. Creo que no durmió, precisamente porque de darse ese giro lo más seguro es que apagaría el micrófono y se iría del aire para siempre.

Lo cierto es que dentro de la entrevista, se escuchó a Balbina con el mismo lenguaje de hace más de 20 años, no se esforzaba en lo más mínimo en disimular su enojo, cosa que muchas veces juega en su contra. Pues, es una persona que puede aparentar serenidad, pero en cuestiones de minutos, pierde la paciencia. Eso lo dicen personas cercanas a su campaña, cuando señalan que ella no se deja dirigir, y por eso es su descenso en las encuestas.

Pero dentro del programa Balbina dijo que la supuesta noticia había sido sembrada por Ricardo Martinelli y que esta persona no podía ser presidente del país, por que es bipolar. Para los que no saben, el Diccionario de la Real Academia dice que bipolar es “que tiene 2 polos” y bipolaridad es “condición de bipolar”. Con esto la señora Balbina quiere desmeritar a Ricardo Martinelli, sin siquiera verse ella misma en el espejo.

Cuando hablamos de bipolar político, es que tiene dos polos, es precisamente cuando vemos a la candidata del PRD dar su palabra en un momento determinada y luego desconocerla como sino existiera; es ver cómo quiere un país para todos, pero pedía la muerte de los civilistas; es querer venderse como del pueblo, pero agitar una declaración de bienes que supera los 2 millones de dólares.

La bipolaridad no solo se puede ver médicamente ni políticamente, sino moralmente. Balbina ha sido señalada por diferentes medios de hechos en los cuales se le ha denunciado, pero ella como si nada, se nos presenta como el paladín de los pobres, que son los perjudicados con los malos manejos de fondos de los que ha hecho gala el gobierno de Balbina.

Ser bipolar, Balbina, es su comportamiento en oposición que todo lo ataca y otro en gobierno, queriendo justificar lo indefendible. También se le “dice doble cara”.

Cuando se ataca a Ricardo Martinelli con el tema, nos llama la atención que podemos apreciar cómo muchos grandes personajes políticos, de la literatura, pintura, música, deportistas y grandes actrices, han sufrido y sufren esta situación, pero no les ha impedido de forma alguna ser exitosos y generar empleos y riquezas. Quizás es eso lo que envidia Balbina, porque no podrá ser esa clase productiva de bipolares, siendo solo la bipolar que no tiene palabra de verdad.

Así veo las cosas y así las cuento.

-El autor es abogado.roberto_ruiz_diaz@yahoo.es

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