• 08/01/2009 01:00

La heroica resistencia de Gaza

“Sabemos muy bien que nuestra libertad no es completa si no hay libertad en Palestina...”, Nelson Mandela, 4 diciembre 1997.

“Sabemos muy bien que nuestra libertad no es completa si no hay libertad en Palestina...”, Nelson Mandela, 4 diciembre 1997.

Los ataques aéreos, navales y terrestres por parte de Israel contra la Franja de Gaza parecieran marcar el principio del final del Estado de Israel. El bombardeo navideño de Gaza, franja palestina de sólo 350 kilómetros cuadrados, sin defensas y cercada, ha causado más de 500 muertes en 12 días.

De la misma manera que los nazis, quienes durante su paso por el poder en Alemania (1933—1945), obligaron a los judíos a vivir en guetos y los eliminaban poco a poco, ahora Israel está repitiendo la historia en Palestina.

A los alemanes les costó aprender que no se puede eliminar a un pueblo mediante tácticas de exterminio o de “soluciones finales”. Todo indica que los jefes del Estado de Israel no quieren aprender las lecciones de la historia. Gaza se suma a las heroicas resistencias de Varsovia, Minsk y Kiev, cuando judíos encerrados en guetos fueron masacrados por los nazis.

Durante los últimos dos años, Israel no ha permitido que entren a Gaza los alimentos indispensables, medicamentos, personas ni cualquier forma de ayuda al millón y medio de personas que viven en la Franja de Gaza. El Ejército de Israel ha convertido a Gaza en una cárcel — en un gueto — para toda su población.

Israel, incluso, prohíbe el ingreso de periodistas a la Franja de Gaza. Tampoco ha permitido durante los últimos dos años que salgan de Gaza personas en busca de atención médica, estudios o viajes de emergencia.

¿Se trata de una táctica de Israel para defender los territorios que ha colonizado en el desierto palestino? A pesar de la resistencia de un pueblo en armas, Israel continúa con su política de limpieza étnica, eliminado la población palestina de Gaza e, igualmente, de otras ciudades, incluso Jerusalén. El Estado de Israel ha expulsado a millones de palestinos con el pretexto de estar garantizando la seguridad de sus colonos. En la Alemania nazi también era común que una vez expulsados los judíos de sus barrios y casas, fueran reocupados de una vez por alemanes.

Los panameños sabemos qué significa ser atacados por oleadas de aviones que lanzan sus bombas sobre la población indefensa. La ciudad de Panamá fue bombardeada en 1989 por EE.UU., sesgando la vida de miles de personas inocentes. Los panameños estamos aún traumatizados por la experiencia, viviendo bajo gobiernos dependientes de EE.UU. desde entonces. El saqueo sistemático de las riquezas panameñas en los últimos 20 años ha empobrecido a la población y colapsado todos los servicios sociales.

Un pueblo no puede vivir prisionero en su propio país. Los panameños lo sabemos, lo combatimos y estamos preparados para continuar la lucha. Los palestinos también están conscientes de su situación y no descansan en su lucha. La razón y la victoria final está de su lado.

¿Cuándo entenderá el Estado de Israel que no hay bombas suficientes, ni aviones de guerra, en el mundo, capaces de detener la marcha del pueblo palestino hacia la constitución formal de su propia nación? La solución no es militar y mucho menos una “solución final” a la nazi.

*Profesor de la UP e investigador asociado del CELA.gandasegui@hotmail.com

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