• 18/01/2009 01:00

Panamá: el país de los generosos

Los panameños somos de cualidades muy propias y una de ellas es nuestra capacidad humana de preocupación por nuestros semejantes, más cu...

Los panameños somos de cualidades muy propias y una de ellas es nuestra capacidad humana de preocupación por nuestros semejantes, más cuando se tratad de los desafortunados económicamente o enfermos.

Esta conducta humana muy nuestra, la conocen perfectamente quienes nos gobiernan políticamente y los que tienen el poder económico, que día tras día nos venden la creencia de que seremos mejores personas si respaldamos la caridad en cada una de las deficiencias gerenciales del Estado, para cubrir las necesidades de los pobres, desafortunados y afectados por algún accidente o desastre natural, que lejos de mostrar la realidad que vive el pueblo, tratan de ocultarla responsabilizando a la naturaleza o al destino, es por ello que debemos reconocer las gestiones “humanitarias” de los grupos elitistas privilegiados, que vemos en los medios de comunicación tras cada acción “social”, vendiendo lo buenos que son, con los humildes para llegar al cielo y al poder político.

No es de extrañar que cada ciudadano que puede trata de crear una forma de ayudar al Estado, en mejorar la calidad de vida de los panameños, es que el sistema social pareciera que está diseñado para vivir de caridad de otros ciudadanos, principalmente de los más pobres, porque son la mayoría y además aunque parezca increíble, el pobre es el que más actitud de generosidad tiene, porque no pide descuento fiscal, para dar su donación, ni espera que lo reúnan todas las semanas en almuerzos o cenas, ni les deben llevar una nota para pedir su colaboración para su vecino que está hospitalizado, sin cenar, o no tiene medicinas, necesita un tratamiento médico oneroso o ha fallecido.

Nuestro Hospital del Niño , símbolo de generosidad, para algunos grupos privilegiados de cuello blanco, no es más que un símbolo de la capacidad de mantener un status quo , para que el pobre, siempre tenga la necesidad de sentirse agradecido por la generosidad de los privilegiados, que llegan todos los años a llevar los regalos, insumos, equipos y dinero, sin resolver el problema de fondo, que es mejorar la calidad de atención sanitaria de nuestro niños que son el futuro de la patria, pero son pobres y eso les impide tener participación en el país de la maravillas macroeconómicas.

Pudimos decidir hipotecar nuestro único bien estatal nacional, el Canal de Panamá , que no necesitaba tener deudas , con la mejor estabilidad económica y laboral actual en Centroamérica y una de las mejores forma de cobros por sus servicios navales, para lograr adecuarnos a las necesidades internacionales del nuevo siglo, pero no podemos resolver las necesidades sociales nacionales básicas que tenemos, porque tenemos que pagar una deuda externa , que no tiene fin de crecimiento, mientras algunos políticos en campaña nos tratan de vender que vendrán cambios, bajo la misma forma de gobernar económicamente el país.

La buena fe del panameño está siendo utilizada para beneficio personal de algunos poderos económica y políticamente, que son realmente favorecidos con los dolores humanos de los pobres, por ser los únicos que tienen derecho a descuentos fiscales, tributarios y nos venden su generosidad en los medios de comunicación, para alcanzar su rol social y de poder político.

-El autor es ingeniero.david_280559@hotmail.com

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