Las manos limpias de Mulino

De nada le valió ser el apoyo desde el principio de la candidatura de Martinelli, ni los discursos de barricada contra el PRD, ni mucho menos atacar al Partido Arnulfista.

Al final, la proyección mediática como representante y vocero de Unión Patriótica no le ha asegurado nada a José Raúl Mulino. No tienen ni la Vicepresidencia de la República ni la Alcaldía de Panamá.

Mulino y su partido, Unión Patriótica, ahora quedaron con las manos limpias, desplazados por el equipo de los huesos viejos.

Este es el más claro ejemplo en el cual la ciudadanía debe ver reflejado el respeto a compromisos por parte del candidato presidencial. Si al señor Mulino y a Unión Patriótica —que estuvieron con él desde el principio— los tiene en el congelador, a pesar de tener un pacto de caballeros, ¿qué puede esperar el país?

El hecho de estar en cualquier manifestación o podio para despotricar contra la candidata del PRD Balbina Herrera, tildándola de comunista y otros epítetos no fueron suficientes para que “el candidato de las Converse” lo considerara como vicepresidente.

¿Qué le depara a Unión Patriótica? Para mi concepto les queda ser obedientes y esperar a ver qué les puede tocar de estas negociaciones, ya que no pueden abrirse a apoyar a ninguna otra candidatura.

Muchos de sus candidatos verán frustradas sus aspiraciones a los cargos de elección a nivel nacional, por las negociaciones en que, dicho sea de paso, por instrucciones del señor Varela, solo deben participar él y Martinelli.

De todos modos, al calor de todo este proceso de negociaciones, la reflexión, cálculo político y demás elementos debe considerarlos tanto el señor Mulino como la plana mayor de este colectivo.

Siempre he mantenido la postura de no hacer leña del árbol caído, pero si hay algo que debe considerar el señor Mulino y Unión Patriótica es ver qué papel van a desempeñar ahora siendo el tercero en la orden de prioridades del candidato presidencial.

Hay algo que puede ayudar a no quedar con las manos limpias: un puñado de dignidad.

El autor es administrador de empresas.nino26880@gmail.com