• 11/02/2009 01:00

Fallo, reparación, perdón y paz

Cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos —CIDH— dictó su sentencia condenatoria por el caso de la desaparición forzada de Heli...

Cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos —CIDH— dictó su sentencia condenatoria por el caso de la desaparición forzada de Heliodoro Portugal, el pasado 12 de agosto de 2008, declaró culpable al Estado panameño de violarle a él y a sus familiares un sinnúmero de derechos reconocidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, por la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas y la Convención para Prevenir y Sancionar la Tortura.

El Estado también fue sentenciado a publicar en el Diario Oficial (Gaceta Oficial) y en otro diario de amplia circulación nacional, la condena y el acta de reconocimiento de su responsabilidad internacional, lo cual esperamos se cumpla y no tan sólo en la Gaceta Oficial, como fue anunciado en el acto público.

En cuanto al deber del Estado de realizar un acto público de reconocimiento de su responsabilidad internacional, en relación con las violaciones declaradas en esta sentencia, observamos que este acto se ciñó estrictamente a la norma y no fue posible sacarles a los herederos de la dictadura el “perdón público” anhelado por los familiares de las víctimas para finiquitar una reconciliación definitiva y encontrar la paz.

Por eso mi amiga y compañera de luchas Patria Portugal, le señaló al ministro Arcia, ante la ausencia del mandatario Torrijos: “acaso es tan difícil pedir perdón”, en el bochornoso acto público de reconocimiento de su responsabilidad internacional, el pasado viernes 6 de febrero de 2009, en el cual la acompañamos junto a muchos otros familiares que se mostraron indignados.

Por estas graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura de Omar Torrijos Herrera, específicamente el 14 de mayo de 1970, la Corte declaró y dispuso que el Estado panameño, a manera de reparación, debe pagar a su esposa e hijos la cantidad de 256 mil dólares por concepto de indemnización por los daños material e inmaterial, además de costas y gastos.

Luego de ver la parte resolutiva de la sentencia de CIDH contra el Estado panameño en el caso Heliodoro Portugal, y sus implicaciones históricas, quiero con el permiso del editor, convertirme en actor y pedirle públicamente al presidente de la República Martín Torrijos Espino, con el cual en representación del caso de la desaparición forzada de mi hermana, la dirigente estudiantil Rita Wald, suscribí un convenio que está pendiente de un “arreglo amistoso” en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que no cometa el mismo error dos veces, porque: “sin justicia, ni perdón; no habrá paz, ni reconciliación”.

Señor presidente, lo invito a realizar un acto público por la “solución amistosa”, donde nos despojemos de los odios, rencores y venganzas del pasado, que causaron las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y torturas de centenares de panameños; podamos construir un futuro de paz, progreso y desarrollo que todos queremos y anhelamos para nuestros hijos y nietos, bajo una sincera reconciliación nacional.

La puerta queda abierta señor presidente, para que invite a este acto a todos los familiares, y a través de ellos, pídale perdón a nombre del Estado al pueblo panameño; eso no lo humillará, por el contrario lo enaltecerá y así se lo reconocerá la historia. O en caso contrario, libéreme de esta responsabilidad para seguir la lucha por la verdad, la justicia y la paz.

- El autor es periodista y activista de der. humanos edwinwald@hotmail.com

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