• 28/02/2009 01:00

Desinflando globos

Nos abocamos a la que puede ser la más controversial campaña política. En el rejuego político panameño, por idiosincrasia, han prevaleci...

Nos abocamos a la que puede ser la más controversial campaña política. En el rejuego político panameño, por idiosincrasia, han prevalecido los excesos entre los candidatos, quizá inspirados en la frase maquiavélica “el fin justifica los medios”, pero a nuestro juicio todo debe verse en su debido contexto, a la luz de lo que fueron, lo que prometen, y lo que realmente son y hacen los candidatos inmersos en la contienda electoral.

Guillermo Endara, presidente de Vanguardia Moral de la Patria, dio muestras de entereza al rechazar de plano la “asesoría” ofertada por su ex copartidario Juan Carlos Varela. Tal actitud coloca al ex presidente en un envidiable pedestal de integridad y solvencia moral. Como recompensa y sin pedirla, no cabe duda que Endara recibirá el apoyo de muchos panameñistas que rechazan de plano la entrega de un partido que dejó en el camino persecuciones, carcelazos, sangre, luto, dolor y muerte y que hoy día, a pesar de ser el número dos en militancia en todo el país, fue entregado a los intereses de Cambio Democrático, con mucho menos adherentes, pero con mucho más caudal económico.

Juan Carlos Varela, quien emergió como un “Benjamín” en el colectivo arnulfista y llenó de esperanzas a sus copartidarios, ha demostrado tener pies de barro, propiciador de una alianza que se promete débil para su colectivo, aún cuando obtenga más curules en la Asamblea de Diputados, porque quienes resulten electos, no acatarán sus lineamientos sino del amo y señor de la alianza que es Martinelli. ¿O es que se trama tras bastidores una “desobediencia “ interna de ese partido en el caso hipotético de que Ricardo Marrinelli gane la Presidencia y se propicie la ruptura de la frágil componenda política?

Por su parte, Martinelli no ha escondido sus afanes megalomaniacos, ni su interés de fraguar una plutocracia en Panamá, muy a pesar de las máscaras de albañil, agricultor, soldador, ciclista, carnicero, etc. que ha utilizado.

No puede andar en los zapatos del pueblo quien nace en la opulencia, quien erige una mansión en un paraje interiorano, en el epicentro de la pobreza sonaeña, muy cerca de una iglesia donde hombres, mujeres y niños nacidos en el pauperismo claman por comida, esa misma comida que lo ha hecho rico y que no se digna abaratar pese a sus promesas de reducir el alto costo de la vida.

Don Ricardo no ha presentado un plan de trabajo de llegar al solio presidencial; sin embargo, ha hecho circular una volante con promesas de campaña que incluye, entre otras cosas, bajar el costo de la electricidad, reducir los impuestos que estimulen la generación de empleos, aumentar la presencia policial y penas más severas contra los delincuentes. No se percató el candidato que todo esto y mucho más lo está haciendo con gran éxito la administración del Presidente Martín Torrijos? ¿O es que él retomaría estas acciones de un gobierno que él se ha empecinado en criticar?

* Ciudadano panameño. adeleondegracia@aim.com

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