• 03/04/2009 02:00

Por noventa y nueve razones?

La derecha política de nuestro país acusa a Balbina Herrera de “ñángara”; la ultraizquierda, de todo lo contrario. A mi modo de ver, el ...

La derecha política de nuestro país acusa a Balbina Herrera de “ñángara”; la ultraizquierda, de todo lo contrario. A mi modo de ver, el problema no está en ser de izquierda, centro o derecha; el problema está en situarse en los extremos, porque creo que lo más importante es hacia dónde miran los candidatos presidenciales y cuáles son en realidad sus motivos.

Últimamente nuestro día a día se ha visto invadido por argucias políticas asquerosas. Es increíble la desvergüenza de quienes fríamente han armado este triste escenario sin importarles en lo más mínimo el futuro de nuestro país; bueno, más bien queriendo hacerse con el futuro de nuestro país.

Veamos la tragicomedia de David Murcia Guzmán. Cuando comenzó con las dichosas entrevistas, recuerdo haberlo escuchado hablar pestes de Balbina Herrera por su supuesta cercanía a Hugo Chávez (caballito de batalla muy gastado en varias elecciones presidenciales latinoamericanas) y decir, por otra parte, que él como empresario no podía más que simpatizar con Ricardo Martinelli, porque había demostrado con su trayectoria empresarial tener éxito.

En el segundo envión, Murcia Guzmán comenzó a arremeter contra los candidatos oficialistas.

Tuvo que “pensárselo” por lo menos noventa y nueve veces para armar su mentira y la sazonó otras tantas con su propia vendetta. No puedo dejar de preguntarme cómo es posible que un mentiroso compulsivo como Murcia arme semejante alborto él solito. ¿A quién beneficia toda esta campaña de Murcia?

Noventa y nueve veces lo pensé (para no dejar ningún asomo de dudas) y la respuesta es tan simple que hasta escalofríos me dan. Manos peludas habemos; búsquelas usted y se convencerá. Entre tanto, continúan las calumnias y todos los días surge algo nuevo que pone al descubierto la miseria humana de quienes las inventan y las hacen circular.

Ellos, con sus acciones, demuestran su falta total de escrúpulos, aunque algunos hasta golpes de pecho se den en privado.

El panorama que vislumbro luego de todo el daño ya hecho, no es el que yo hubiera querido para ver crecer a mis hermanos, a los que a falta de noventa y nueve millones (y unos cuantos más), lo único que tengo para ofrecerles es más de noventa y nueve razones para que no imiten jamás las acciones de ciertos individuos.

Porque cuando los “poderosos políticos” enseñan con sus actos que “el fin justifica los medios”, los adolescentes pensarán que todo se vale, y eso, además de ser incorrecto, dista también de ser el ideal de los que nos levantamos todos los días a trabajar por un Panamá mejor. Los que creemos que nuestro granito de arena contribuirá a hacer una patria más justa.

Podría hacer el listado de las noventa y nueve razones por las que no voy a votar por Ricardo Martinelli.

Afortunadamente, tengo muchísimas más que noventa y nueve razones para sí darle mi voto a Balbina Herrera.

Los datos están ahí, y como no es mi intención decirles por quién votar, sólo les pido que hagan un análisis honesto de la situación y que lo hagan pensando en el futuro de nuestro país.

-La autora es estudiante de Derecho.alamar91@hotmail.com

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