• 04/04/2009 02:00

Por qué Balbina?

Meses atrás en un almuerzo en el Club Unión, la conversación giraba alrededor de las elecciones generales. De regreso a Panamá, y amante...

Meses atrás en un almuerzo en el Club Unión, la conversación giraba alrededor de las elecciones generales. De regreso a Panamá, y amante de la política, escuché con asombro las opiniones de mis amigos —todos políticos y con raíces profundos en los partidos competidores. Entre ellos, algunos ex candidatos presidenciales. Al inicio no fue muy alarmante que evadieran discusiones de planteamientos políticos, pues ninguno de los candidatos, en aquel entonces, había puesto sobre el tapete su visión y sus soluciones reales para el país. Mis colegas hablaban de “las encuestas” y los “bochinches políticos del día”. Pero cuando escuché el comentario de dos de ellos, —los repito casi textualmente— que “Balbina aparentemente se había olvidado de su tradición como socialdemócrata” y el otro que “Balbina no era la candidata para esta coyuntura”, fue difícil controlar mi asombro.

Confieso que personalmente, gracias a su historial nacionalista y pese a estar desilusionado con su carencia, en aquel entonces, de ideas progresistas, me inclinaba hacia Balbina. Igualmente divulgo que me hubiera sido difícil, por igual razón —sus aparentes lazos con la política norteña— apoyar a Martinelli. ¡Me es imposible borrar de mi memoria la invasión de Panamá! Para mí fue y sigue siendo una “causa injusta”.

Después de estos últimos cinco meses en Panamá, los presuntos debates, los escándalos, y la política de cloaca que han dejado mucho que desear, apoyo y votaré por Balbina Herrera. Claro, pudiera no votar, pero eso sería un insulto para aquellos que murieron por defender la democracia y sería también claudicar a favor de los intereses, en mi opinión, de aquellos que incineraron a nuestra Nación.

Apoyo a Balbina, porque creo que ha recobrado sus lazos “socialdemócrata” expresadas en su respaldo a la carrera administrativa y la estabilidad institucional; sus propuestas educativas—becas para nuestras familias pobres; y empleos, que según ella, beneficiarán a más de 10,000 jóvenes por año. Más aún, opino, que en esta coyuntura histórica es ella quien emerge de nuestras raíces populares y por ende su compromiso visceral con ellos. Estos momentos históricos han puesto en relieve la necesidad de velar por los intereses de los marginados; algo que han comprendido nuestras hermanas repúblicas latinoamericanas. Para aquellos quienes desean utilizar este enfoque económico social como razón para votar en contra de Balbina ofrezco las palabras del presidente de Brasil: “No me importa qué nombre le pongan al sistema y orden social que venga después de la crisis, con tal de que su preocupación central sea el ser humano” (COHA).

De acuerdo con el Concilio de Asuntos Hemisféricos, Marcos Wilson, analista panameño, sugiere que una victoria de Martinelli significaría vínculos más íntimos entre Panamá y EUA, especialmente con el próximo cierre de su base militar en Ecuador. Añade Wilson que también podría impulsar la aprobación de los TLC. Como nacionalista pienso que sería introducir un caballo troyano en nuestro seno. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Perú y Paraguay, han expresado políticamente sus compromisos con “los pobres de la tierra”. No pretendo hablar por nuestra próxima presidenta, pero presiento que con Balbina Panamá se sumará al movimiento progresista latinoamericano, defensora de los marginados.

-El autor es escritor y profesor panameño residente en NY.cerussman@yahoo.com

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