• 04/05/2009 02:00

Reflexión postelectoral

He vivido una campaña bastante extraña, desde todos los puntos de vista, pues, acostumbrado a vivir esas famosas caminatas con los candi...

He vivido una campaña bastante extraña, desde todos los puntos de vista, pues, acostumbrado a vivir esas famosas caminatas con los candidatos presidenciales en cada barrio y rincón del país, ahora me tocó vivirla mediáticamente, dado la gran cantidad de recurso que se destinó, para llegarle al electorado por medio de la tecnología y la saturación en los medios de las diferentes campañas.

Vimos cómo cambiamos ese abrazo y saludo fraternal de los candidatos, por una cuña publicitaria fría y a veces sin mayor mensaje. Las campañas negativas estuvieron a la orden día y no hubo forma de escuchar propuestas profundas, por el fuego cruzado que se dio y no permitió margen a poder tener una mayor cobertura de los planes de trabajo.

Para hoy las fichas fueron echadas, nos abocamos a vivir los próximos cinco años con un nuevo gobierno, el cual no pude batirse entre la demagogia y la corrupción que tanto se ha criticado. Se deben acabar los clanes de familia controlando el poder, no podemos seguir en manos de parientes y amigos, que hacen que el Erario Público siga siendo más golpeado por los gobiernos ineficientes.

Hay mucho por hacer, nadie puede estar por encima de la Ley y debemos comenzar a cumplirlas. Cada campaña tuvo sus aciertos y desaciertos, pero es hora de recoger la bandera panameña, esa bandera que ha estado en el piso en los últimos meses, pues preferimos arrear la bandera de partidos políticos, que sólo buscan interés particulares.

Con la convicción de que las cosas se pueden hacer mejor y sin mirar el partido político de las personas, debemos comenzar a sembrar la semilla de la reconstrucción total del Estado.

Ojalá Dios permita la claridad suficiente de pensamiento de nuestros nuevos gobernantes, y les quite la venda de los ojos, para que puedan ver las necesidades reales del país. Sólo así podremos lograr ese Panamá Mejor que todos deseamos. De lo contrario nos sumergiremos en la peor decepción electoral de la historia, donde las mismas personas cuestionadas de siempre, son los que se hacen de las arcas del Estado.

La visión que nos espera es de esperanza en que todo lo que se prometió en campaña se cumpla, que la demagogia y la mentira de que hizo gala en esta campaña electoral sea absorbida por el compromiso de cumplir la tarea que se le ha encomendado a los nuevos gobernantes. De esta forma podremos creer en el futuro y tener esperanzas en que en la próxima contienda electoral del 2014 se permita la participación de personas nuevas con compromisos reales y no sólo electoreros con ganas de llegar al poder por el poder.

Así veo las cosas y así las cuento.

-El autor es abogado.roberto_ruiz_diaz@yahoo.es

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