• 19/05/2009 02:00

Panamá hoy y sus perspectivas

Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, sin mirar sus alcances y consecuencias para la democracia y el Estado de derecho. Alguno...

Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, sin mirar sus alcances y consecuencias para la democracia y el Estado de derecho. Algunos analistas de la política, recurrentemente, al referirse a la victoria electoral de Ricardo Martinelli, concluyen que, dada la distancia en votos que tomó de la candidata perdedora, se debe entender que tiene un cheque en blanco para gobernar.

Disiento de esta valoración, porque un enfoque distorsionado del mismo pudiera dar formas de ejercer la gobernalidad que desdicen de las normas y principios que caracterizan un Estado de derecho y la vigencia de una sociedad que de manera ascendente aspira a perfeccionar la democracia.

Entiendo perfectamente el mandato soberano para ejercer la labor de gobierno, pero, como señala el maestro del derecho constitucional, Dr. Bidar Campos, la relación mandatario-mandante, siempre, reserva para este último el poder y la facultad de vigilar, fiscalizar, que lo mandado se cumpla. Las democracias de nuestro tiempo operan y funcionan con esta regla. Cuando se gobierna desconociendo esta elemental regla el poder tiende a deslegitimarse, peligroso, al decir del distinguido juristas Oscar Iriarte, dado el hecho de que, aún en democracia y en libertad, las tentaciones autoritarias están al acecho.

Hay que cuidar la democracia panameña. Martinelli enfrenta el conflicto de administrar un Estado teniendo de referencia a un sector poderoso de los negocios empresariales en Panamá, por un lado y por el otro, una sociedad civil y un pueblo que reivindican la vigencia de un Estado solidario, equitativo y de trato igualitario. ¿Podrá el presidente electo sobreponerse a una eventual hegemonía de los grupos del capital mencionado? Estos son los dilemas donde el individuo se crece o sencillamente languidece. La historia está por escribirse.

En el contexto o los prológomenos de esta contradicción, de seguro que corresponderá a las organizaciones de la sociedad civil jugar un papel importante.

El nuevo gobierno, tiene que entender que la democracias hoy tienen un carácter participativo. Hay que dialogar, consultar, promover procesos concertacionales y consensuar políticas de Estado.

-El autor es abogado.ramiroguerra50@yahoo.es

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