• 09/06/2009 02:00

Panamá, paso obligado de drogas y de reunión de capos

Panamá se ha convertido en paso obligado para el trasiego de estupefacientes hacia México y de allí a Norteamérica, se ha convertido en ...

Panamá se ha convertido en paso obligado para el trasiego de estupefacientes hacia México y de allí a Norteamérica, se ha convertido en el primer punto logístico de encuentro de los principales carteles mexicanos y colombianos, quienes allí definen los canales de ingreso de la droga, su pago y control del mercado.

Estados Unidos sigue siendo el principal destino de la cocaína. Colombia la produce y Panamá la principal ruta de tránsito hacia México. Hoy se depende del transito terrestre, porque en varios países de la región han intensificado la vigilancia y la interdicción aérea y marítima. Para cerrar estos negocios, decidieron montar  un centro de reuniones en un punto neutral: Panamá.

La preocupación de todos se centra en  la relevancia que cobró el país para hacer transacciones y saldar deudas. Esta peculiar situación ha hecho cambios significativos en la cultura social panameña, hoy hay más de 90 pandillas ligadas al narcotráfico, ellas utilizan su influencia para controlar los mercados locales de la droga y son utilizadas para realizar el trabajo sucio. Tienen toda una organización interna con su propia identidad. Ghetto y drogas van de la mano. Ejercen control geográfico determinadas zonas. Esta delincuencia organizada constituye una amenaza que desafía la seguridad y la estabilidad de Panamá, de allí la violencia, los sicarios, los asesinatos, las ejecuciones, todas provienen del narcotráfico, donde la familia, la sociedad y el Estado pierden.

Los valores familiares se van al piso, los menores de edad delinquen por droga o dinero y toda una generación pierde su futuro. En el 2008, se cautelaron más de cincuenta toneladas. El efecto de su paso es catastrófico, el transporte, custodia, y almacenaje de la droga se paga con droga, armas o dinero en efectivo, con lo cual se presenta un ingreso de droga al mercado interno, de lavado de dinero o de disponibilidad de armas para la violencia.

Hay que parar esta pandemia, pues, nos consume nuestra cultura, nuestra historia y nuestro porvenir.

-El autor es economista.elamphrey@hotmail.com

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