• 02/11/2009 01:00

El sonar de las Bandas Independientes

En nuestra entrega de la semana pasada evaluamos la interrogante “¿Cuál es nuestra verdadera nacionalidad?, pregunta realizada al Dr. Al...

En nuestra entrega de la semana pasada evaluamos la interrogante “¿Cuál es nuestra verdadera nacionalidad?, pregunta realizada al Dr. Alfredo Castillero Calvo en una conferencia realizada en Washington D.C., hace dos semanas. Decíamos que “somos claramente un país multicultural, sin una nacionalidad definida. Vestidos de pollera o de congos; escoltados por el dragón chino y con el aroma del incienso hindú. Lo que nos toca hacer es luchar juntos contra las desigualdades, contra la discriminación racial y social”.

Todos los años para esta época siento un malestar por el trato que se le da a las famosas Bandas Independientes. Y digo famosas, porque realmente lo son. Existen 47 agrupaciones de esta naturaleza en todo el país. Asociadas legalmente, cada una de estas bandas tiene una membresía de por lo menos 250 personas. Si lo multiplicamos, estaríamos hablando de un poco menos de 12 mil ciudadanos panameños.

La más reconocida de estas bandas es la histórica banda El Hogar , que tiene más de 45 años de existencia. Sumemos, entonces, por lo menos otras 200 personas por cada uno de los 45 años de El Hogar y verán cómo crece el número de simpatizantes de este grupo de ciudadanos panameños. No en vano las aceras de las rutas de los desfiles oficiales se ven mucho más concurridas pasado el mediodía del 3 y 4 de noviembre hora en que estas bandas comienzan su participación.

El que ha vivido en Panamá, como decíamos anteriormente, sabe muy bien que el ritmo y el sonido de los tambores y clarines es único. Todos lo disfrutamos. Rubén Blades fue el primero en incluir ese especial sonido de redoblantes en el tema “ Soy tu mejor amiga ” de su disco compacto ganador de un Grammy, La Rosa de los vientos. Desde los políticos hasta los más encopetados de la “alta sociedad”, como diría el mismo Rubén, contratan a El Hogar para amenizar fiestas y eventos durante todo el año.

Pero subrayo que de parte de las autoridades (de todos los gobiernos) se percibe un rechazo poco disimulado. Hace unos años no permitieron a varios de estas bandas desfilar en la Vía España y fueron reprimidos por las autoridades. No encontré ninguna ley o decreto que indique qué grupos de panameños pueden celebrar las efemérides patrias y cuáles no. Qué organizaciones pueden participar de los desfiles patrios y cuáles no.

Lo que hace diferente a estas Bandas Independientes es que están formadas por ciudadanos que en su mayoría han sobrepasado la edad colegial y no pueden participar de las bandas de sus antiguos colegios. Aquí, en el arte de los redoblantes, macetines y clarines es donde encuentran la manera de seguir ofreciendo sus energías. ¿Desde cuándo eso es un delito? Lo otro que los hace diferentes es que casi la totalidad de sus integrantes provienen de las comunidades y los barrios más humildes y populares del país. Su condición individual y familiar se alinea con las condiciones sociales más críticas de nuestra sociedad y enfrentan en su ir y venir de todos los días, adversidades de supervivencia individual y de grupo que otros sectores sociales, que no son marginados para los desfiles patrios, no experimentan.

Los desafíos sociales y el problema de la delincuencia ellos lo viven como un reto cotidiano. El valor de las Bandas Independientes y de las miles de personas que forman parte de ese círculo social, es que ya están organizados alrededor de una actividad que les gusta. Esto ofrece oportunidades puntuales al MIDES, al INAC, al Ministerio de Educación y a los varios clubes cívicos del país para organizar eventos educativos, culturales y de desarrollo social con estos grupos, todo el año.

Si seguimos creando obstáculos cada vez que tratan de participar, si los discriminamos socialmente, si los seguimos arrinconando en áreas y actividades muy limitadas, lo único que estaremos haciendo es profundizar una brecha social y de aislamiento que pueden tener efectos devastadores para un país que debe ser igual para todos.

Esto es parte de lo que somos, es singular y festivo; y es un buen momento para comenzar a diseñar programas a corto plazo para trabajar con ellos. Incluirlos gustosamente; aceptar como parte de nuestra nacionalidad el sonido de los clarines y tambores. Además, de dejarlos celebrar nuestras efemérides de una manera digna y respetuosa sin sentirse acosados ni marginados.

*Comunicador social.ernestoholder@gmail.com

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