• 20/11/2009 01:00

La oposición política

Durante los últimos días, hemos asistido a un deprimente enfrentamiento entre dirigentes del gobierno y de la oposición encabezada por e...

Durante los últimos días, hemos asistido a un deprimente enfrentamiento entre dirigentes del gobierno y de la oposición encabezada por el PRD, que debería llevarnos a todos a reflexionar sobre la clase de país que deseamos construir.

En un régimen democrático, para que el gobierno actúe más eficientemente, es necesaria la oposición política, porque ella es la garantía de estabilidad y es su auxiliar más útil en tiempos de confrontación social. En realidad, la oposición es una especie de poder en reserva, algo parecido a un gobierno en disponibilidad, esperando su momento oportuno y legal para hacer el traspaso de mando.

Nuestros dirigentes políticos deben entender qué es realmente oposición. Básicamente, oposición es un tipo de conducta o de comportamiento político, cuya formalización en las instituciones y en los sistemas políticos ha tenido lugar junto al desarrollo del parlamentarismo y de los partidos políticos.

Oposición, señalan expertos políticos, es expresión de la controversia que tiene lugar en el proceso de formación de la voluntad política y de la adopción de decisiones, entendiendo que ella actúa en un marco de respeto y aceptación de las reglas consensuales del juego político. La oposición está vinculada a otros conceptos o fenómenos de la política, como libertades o derechos políticos, pluralismo, alternancia en el poder, conflictos y de respeto absoluto a la Ley.

Por una parte, oposición es el resultado del ejercicios de libertades y derechos, como la libre expresión y el sufragio. Por otra parte, la oposición solo aparece en sociedades pluralistas, en las cuales se garantiza la libre expresión de ideas e intereses y el funcionamiento de grupos que las encarnan.

En términos más concretos, la oposición se relaciona con la alternancia en el gobierno, pues uno de sus rasgos principales es justamente que la oposición es tal, en tanto no concuerda con el gobierno y presenta un curso de acción distinto. Pero, lo más importante, y lo que parecen olvidar algunos líderes del PRD, es que la oposición solo se entiende como aspirante al gobierno, y esa aspiración solo es viable en sistemas en los cuales la alternancia está garantizada, en la medida en que se obtiene el apoyo electoral requerido.

En Panamá, durante los últimos cuatro gobiernos democráticos el sistema ha garantizado la alternancia del poder. El PRD jamás puso en peligro el gobierno de Guillermo Endara, es más, en sus momentos más difíciles respaldó esa administración e hizo todo lo necesario para que esa administración culminara su gestión, en un periodo muy complejo y controversial de la historia nacional.

Bajo la Administración PRD del ex presidente Ernesto Pérez Balladares, la dirigente de la oposición Panameñista, Mireya Moscoso, mantuvo una opinión muy discreta con respecto al gobierno de turno, aunque se opuso tenazmente a la campaña reeleccionista del presidente.

En la Administración de Mireya Moscoso comenzó a darse una tendencia caracterizada por atacar permanentemente al gobierno, pero, a pesar de ello, el PRD supo entender la necesidad de no poner en riego la gobernabilidad del país.

El ex presidente Torrijos tuvo una oposición moderada de parte de los partidos políticos, su principal fuente de oposición surgió en sus primeros meses de gestión, cuando intentó reformar la Caja del Seguro Social sin los consensos necesarios.

La campaña del 2009 introdujo grandes modificaciones en la comunicación política. El PRD desarrolló unas primarias que vinieron a profundizar la lucha interna en ese partido y que le infligió un daño irreversible a su candidata presidencial. La campaña de Ricardo Martinelli solo tuvo que mantener el ritmo de la propaganda negativa para lograr una aplastante victoria contra el PRD.

El origen de la actual campaña de ataques y contraataques entre gobierno y oposición hay que situarlo en las luchas internas de los partidos. Ello no justifica continuar con tales métodos en la actual coyuntura política.

El PRD tiene la obligación de consolidarse internamente como una fuerza coherente de oposición y aportar lo que sea necesario para lograr el desarrollo del país. Fue un grave error de la actual dirigencia de ese partido la estrategia de ataque al gobierno utilizada en días pasados.

De igual forma, las fuerzas del gobierno deben utilizar el gran caudal de aceptación que tienen para impulsar los cambios prometidos. Las peleas políticas entretienen, pero con ellas no se gobierna.

El país requiere que abordemos con seriedad y profundidad el problema de la seguridad ciudadana, el alto costo de los alimentos, la reforma educativa, la reforma fiscal, la reforma sanitaria, la reforma al transporte y que juntos, gobierno, oposición y fuerzas independientes nos enfrentemos a resolver el grave problema de la pobreza.

El espectáculo de esta semana no debería repetirse más y ello solo es posible, si los dirigentes políticos de este país entienden con claridad que están jugando con fuego y se pueden quemar para siempre.

*Ingeniero y analista político.blandonc@cwpanama.net

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