Bases militares, no han llegado a su fin (I)

Las Bases militares tienen una larga y espinosa historia. Esta historia no ha finalizado, solamente que ahora cambia de matiz.

Para la postrimería de los años ochenta del siglo XX, se reinauguraba un nuevo esquema de la política geoestratégica de los Estados Unidos, que dejaría atrás el combate contra el comunismo. El narcotráfico sería el flagelo que, desde entonces, se postula erradicar.

Al iniciarse la guerra fría (1948), la lucha por los intereses hegemónicos entre Estados Unidos y la Unión Soviética se hizo cruenta. Ambas potencias apoyaron su poderío en la carrera armamentista y en el control de los espacios vitales. Los datos para 1985 ubican fuerzas militares soviéticas en veintidós países, con un total de 23,000 efectivos en el extranjero. Los Estados Unidos, por su parte, tenían bases militares en cuarenta países, con un total de 95,000 soldados, adicional a los 385,000 en Europa de la OTAN. El mundo había quedado dividido en dos bloques de poder.

Los norteamericanos tenían como objetivo detener el avance del comunismo y, para esto, se militarizaron las estructuras de poder de los gobiernos aliados.

Desde 1948 eran creados, con aquella finalidad, los Comandos Unificados en distinta parte del mundo, estableciéndose en Panamá el Comando Sur.

El complejo incluía catorce bases militares, instaladas en territorio panameño como parte del esquema hegemónico para la Región y plataforma para el adiestramiento de los ejércitos latinoamericanos en tácticas contrainsurgentes.

Hoy, al defenderse la instalación de las once “ estaciones ” aeronavales, personeros del gobierno panameño han respondido a las críticas, de quienes se oponen, afirmando que se trata tan solo de policías que recibirán entrenamiento para luchar contra el narcotráfico.

Sigue mañana..

*Parlacen, ex diputado de la República.jayan2258@gmail.com