• 16/04/2010 02:00

Hacia una nueva seguridad social

Una paciente de la tercera edad del Hospital Regional, en David, recibe la visita de un personal quien dice tener todo preparado para su...

Una paciente de la tercera edad del Hospital Regional, en David, recibe la visita de un personal quien dice tener todo preparado para su endoscopia. La anciana es indagada si tomó alimentos y, al contestar afirmativamente, se desiste de hacerle la técnica. Horas después se describe que el estudio iba dirigido a otro enfermo a la cual se le dejó en ayuna esperando.

Estas historias son cosa de todos los días en los hospitales de Panamá. La desinformación al paciente y sus familiares es común.

Es imposible para un enfermo encontrar atención de un especialista cuando concurren fechas especiales como carnavales, días del padre o de la madre, semana Santa, etc.

Los panameños que tenemos la gracia de contar con seguro médico privado, no realizamos cuan profundo es el desprecio por la vida humana, que se vive en los hospitales públicos de todo el país.

Quienes por acción u omisión permiten este atentado a la dignidad humana, deben sentirse inferiores dentro de la especie humana.

Todas las administraciones del Seguro Social, han relegado el trato digno y eficaz, por la grosería, la negligencia y el acostumbrarnos a ver como intratan a niños, ancianos y mujeres.

Los directores de la institución se incomodan ante las críticas de un pueblo que es humillado de forma consuetudinaria, siendo impotentes de presentar un reclamo que sea atendido de manera eficiente.

La Defensoría del Pueblo (a quien nunca se ve), los gremios de jubilados, pensionados y personas en general deben acudir ante los medios de comunicación y denunciar todos los abusos y negligencias contra la vida y salud de los panameños.

Si el director y su equipo no se despojan de esa aureola de sabios y santos que juran que administran su finca privada, y que les debemos genuflexión por su “sacrificio”, estamos transitando por más de lo mismo.

El director debe enfocarse en resolver los temas más sencillos que afectan al asegurado: la falta de medicamentos, de atención, de especialistas, de información al paciente y sus familiares y, sobre todo, de un diagnóstico y su tratamiento eficaz.

Es importante que el director sepa que un equipo u organización funciona aún cuando el está ausente, pero ese no es el caso. Cada jefe cree que le hace un “favor” a quien debe servir. No existe humanidad frente a la búsqueda de repuestas coherentes.

Siento que el derroche de publicidad sólo sirve para complacer el ego del director y su equipo, quienes se pasan rindiendo culto a la personalidad de un jefe que no está resol viendo las miserias humanas y el intrato a las personas.

Para resolver los muchísimos problemas del Seguro Social falta sólo voluntad política de hacer las cosas bien.

Vendría bien que el director elabore un diagnostico y sus soluciones para que los panameños sepamos cual es su hoja de ruta.

Tenemos una institución que maneja un altísimo presupuesto, que bien administrado puede lograr ahorros sustanciales.

Sus compras son voluminosos y sus propiedades valiosas, entonces es cuestión de echarle ganas.

Ojalá esta nueva dirección elabore una atención más humana y eficiente, que rescate lo más preciado de la vida de todos, cual es la salud.

*Abogado.rosmery@sittonabogados.com

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