• 17/04/2010 02:00

Necesitas ser reparado

N ecesitas ser reparado, los golpes y las heridas de la vida han dañado las bases de tu corazón y debilitado las estructuras de tu amor,...

N ecesitas ser reparado, los golpes y las heridas de la vida han dañado las bases de tu corazón y debilitado las estructuras de tu amor, has sufrido mucho, Dios lo sabe.

Son pocos los que conocen las largas noches de angustia y los días de soledad por los que has atravesado, y los tiempos en los que has perdido el camino y la fe de alcanzar la victoria en medio de la tempestad. Dios lo sabe.

Es por ello que, Dios ha decidido repararte complemente, hacer de ti una nueva criatura con el poder indescriptible de su amor.

Jesús anda por las calles buscando corazones donde poder trabajar, no pide un salario, sólo quiere tu vida poder restaurar, ya no pierdas el tiempo dale la oportunidad de transformarte, ¡El carpintero espera por ti!

No pienses que todo ha terminado Dios te ama y todavía su corazón palpita de amor por ti. ¡Jesús no ha terminado contigo!

Dios te hace nuevo en este día, su corazón es como un océano infinito de amor y misericordia hacia ti, créelo.

El amor de Dios por ti es incomparable e inestimable, como un horno ardiente, como una luz que eclipsa todos los amores humanos, un amor constante y para siempre.

Dios quiere cambiar tu vida en su totalidad, y enseñarte que la mayor y mejor felicidad es vivir en la permanente y reconfortante presencia de Dios.

Necesitas ser reparado, para que puedas depender de Dios en todo tiempo, no sólo en los momentos críticos, para que le alabes en todo lugar y circunstancia.

Necesitas ser reparado con materiales y repuestos del cielo, necesitas volver a la oración, volver a la Palabra, necesitas llenar cada espacio de tu vida de una fe inquebrantable en Dios.

¡Busca a Dios todos los días de tu vida y verás milagros alrededor de tu existencia!

Deja que Dios te repare con sus manos amorosas, deja que Dios sea la razón de tu vida y te muestre el propósito por el cual fuiste creado.

“Venid a mi todos los que estéis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”, (Mateo 11:28). Lleva cada uno de tus pedazos al taller del mejor carpintero, que Él te tomará entre sus brazos para darle valor a tu vida, y cambiará tus tristezas en sonrisas.

Hoy en tu corazón tiene que haber un nuevo nacimiento, el anhelo de consagrarte completamente para Dios.

El anhelo de amar tu familia, el anhelo de llevar una vida en integridad y de determinarte a amar a Dios por sobre todas las cosas.

Despójate de todo peso y del pecado que te asedia y corre la carrera que tienes por delante. No mires tus limitaciones, sino fija tus ojos en Cristo el que todo a su tiempo lo hace hermoso.

*Periodistaaquilinoortega14@hotmail.es

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