• 23/04/2010 02:00

Agua: Un legado para el futuro

Hace algún tiempo escuché en un programa radial una narración muy particular. Un reconocido periodista leía la crónica de un hombre de 5...

Hace algún tiempo escuché en un programa radial una narración muy particular. Un reconocido periodista leía la crónica de un hombre de 50 años que explicaba cómo era el mundo antes de que dejara de existir el agua. La dura, pero conmovedora historia, que hacía alusión a un documento titulado Carta escrita en el 2070, me hizo meditar qué estamos haciendo para evitar que una de las peores profecías se cumpla.

En ocasiones al colega se le quebraba la voz. Era tan impactante pensar en un futuro así, que hasta a mí se me salieron las lágrimas.“Recuerdo cuando tenía 5 años. Todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían bonitos jardines y yo podía disfrutar de un baño quedándome debajo de la ducha por una hora. Ahora usamos toallas humedecidas en aceite mineral para limpiar la piel. Antes todas las mujeres mostraban sus bonitas cabelleras. Ahora debemos raparnos la cabeza para mantenerla limpia sin usar agua. Antes mi padre lavaba el auto con el agua que salía de una manguera. Hoy los niños no creen que el agua se utilizaba de esa manera…, describía la nota de aquel hombre con la apariencia de un anciano de 85, debilucho y casi moribundo a causa de la falta de líquido y alimentos.

Las lágrimas corrían por mis mejillas conforme seguía la lectura del periodista. “La apariencia de la población es horrorosa, cuerpos desfallecidos, arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel por los rayos ultravioletas que no tienen la capa de ozono que los filtraban en la atmósfera. Por la sequedad de la piel un joven de 20 años está como si tuviera 40…”. Lo que oía en ese momento no estaba lejos de la realidad que hoy viven miles de personas en países sobrepoblados y subdesarrollados, en su mayoría de continentes hermanos. Esa gente no puede beber el agua del grifo sin que le caigan parásitos, o bañarse sin riesgo de que le dé una infección en la piel. Sus fuentes hídricas están completamente echadas a perder.

Tendremos que esperar a que episodios como este se hagan más próximos para empezar a usar bien nuestros recursos y dejar de ensuciar el legado natural de las futuras generaciones. Quién no quiere que sus nietos disfruten las vacaciones veraniegas en los ríos que tanta frescura y diversión nos dieron, o que puedan tomar el vital líquido sin temor a que se acabe algún día.

L a naturaleza poco a poco nos esta indicando que, más temprano que tarde, podemos quedar sin agua para cubrir nuestras necesidades fundamentales. Fenómenos climáticos que producen sequías prolongadas se están presentando con más frecuencia y nos limitan su uso, y a dónde dejan la contaminación que nos ha costado ya varias quebradas y ríos. No privemos a nuestros niños de un mañana mejor. Pongamos nuestro granito de arena para evitar que se concrete en años venideros un desastre ecológico de tal magnitud.

* Periodistamanuelitastar@gmail.com

Lo Nuevo
comments powered by Disqus