• 26/05/2010 02:00

Moscú sin lágrimas

La serie de reportajes sobre la historia del comunismo en Panamá, publicada recientemente por este diario, resaltó la evolución de dicha...

La serie de reportajes sobre la historia del comunismo en Panamá, publicada recientemente por este diario, resaltó la evolución de dicha ideología y aspectos específicos de grupos y personalidades que han tenido una participación en diferentes momentos de la historia política del país.

Estos artículos trajeron a mi mente algunos recuerdos de aspectos culturales, área no mencionada en la sucesión de reportajes, y que tienen que ver con la particular forma de ver las manifestaciones artísticas por los colectivos de la izquierda, tipificación con la que se suele identificar a los grupos que se ubican en las diferentes variantes del socialismo.

Durante el inicio de la década de los años 80, el Partido del Pueblo decidió promover el cine soviético en Panamá y para tal efecto, algunos miembros de dicha entidad política, me consultaron si podría asesorarles en la adquisición de algunas películas, provenientes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), como se denominaba entonces a Rusia.

Me interesé en el proyecto y me informaron que la coyuntura para gestionar dicha posibilidad era el Festival de Cine de Moscú. Para tal efecto, debía viajar a dicha capital y aprovechar que varias delegaciones asistirían para concretar la compra de material cinematográfico, además de participar en esta actividad cinematográfica de relieve en el campo socialista.

El viaje fue largo. Se debía pasar previamente un fin de semana en Managua, donde el embajador panameño Baltasar Renán Aizpurúa, colega periodista, tuvo a bien convertirse en anfitrión.

Al iniciar el viaje, cuyo destino era la capital soviética, otras delegaciones de la región coincidieron en el enorme avión de Aeroflot y luego de los saludos y primeros reconocimientos, empezaron a intercambiar sus experiencias locales e información sobre las perspectivas a cumplir en la ciudad de destino y el festival internacional.

Algunas delegaciones llevaban cintas que iban a concursar. Los nicaragüenses recién habían establecido un Instituto de Cine a semejanza del Icaic cubano y ya contaban con algunos realizadores y materiales fílmicos que documentaban las primeras experiencias políticas del Sandinismo y de la sociedad que iniciaba un proceso político novedoso en Nicaragua.

En Moscú el festival era deslumbrador cada noche, en una sala cercana al Kremlin, con las delegaciones que asistían de todo el mundo y la gente agolpada para ver el rostro de artistas, directores y cineastas de todo tipo.

Había público que se interesaba en el séptimo arte y que todas las noches esperaba en la calle junto a las puertas del cine. Uno de los cineastas más populares era el mexicano Emilio “ El indio ” Fernández, actor que se había convertido en un realizador de talento.

El cine de “ El Indio ” era muy conocido en Europa. Sus cintas La perla , había ganado premio en el Festival de Cine de Venecia y las películas Río escondido y Pueblerina , habían obtenido distinciones en el Festival de Cine de Karlovy Vary, en Checoeslovaquia. Algunos conflictos lo habían llevado a la cárcel; pero había filmado dos historias en su senectud, México norte (nueva versión de Pueblerina) y Erótica.

Lo interesante, sin embargo, eran las jornadas durante el día, donde las delegaciones interesadas debían asistir a la exhibición del material cinematográfico que se iba a exportar. Dos películas en la mañana y otras dos en la tarde, eran la oferta cotidiana de los distribuidores soviéticos. Si a esto sumamos los estrenos nocturnos, que participaban en la competencia oficial, hacían un total a veces de seis cintas diarias.

La gira incluía pocas actividades culturales, una a la Ciudad de las Estrellas, centro de los astronautas, un recorrido al exterior del Kremlin —incluida una visita a la bóveda de Lenin— y un viaje a Leningrado, la Venecia del Norte, como era conocida por algunos y hoy denominada San Petersburgo.

Uno de los recorridos de mayor espectacularidad en la ciudad fue el del Metro, joya de la arquitectura moscovita y de un profundo valor histórico, si se tiene en cuenta el papel que jugó durante la segunda guerra mundial. Cada estación parece un museo, porque ha sido construida con un diseño especial y diferente al resto.

También la galería Tretyakov es de una importancia fundamental para el arte ruso. Aproveché una tarde, tomé el metro y me fui a ver una exposición en esta sala. Allí pasé la jornada y obtuve amplia información sobre la pintura de ese país federal.

El viaje a Leningrado fue aleccionador, sobre todo la visita al Museo Ermitage, creado por Catalina II y quizás el museo más rico de la Unión Soviética de ese entonces. Las delegaciones que fueron a esta visita, no dan crédito a la belleza y a la riqueza de joyas, artefactos y pinturas. En la entrada, hay una columnas con figuras humanas donde “ El Indio ” Fernández se divirtió remedando la forma de las estatuas.

Afuera, está enfrente la bahía del mar Báltico y se aprecia al famoso barco de la película Acorazado Potemkin , de Einsenstein. Lo embarcan a uno en una nave, tipo deslizador y se recorre ese frío océano, que en invierno se viste de blanco y ofrece uno de los paisajes más hermosos del planeta.

De vuelta a Moscú y a las tareas que nos habían llevado a esa ciudad, debimos cerrar el trato y adquirir la película que se iba a traer a Panamá. La escogida fue Moscú no cree en lágrimas , del realizador Vladimir Menshov y ganadora al Óscar como mejor película extranjera. Ella cuenta una historia de gente común con sus problemas, la forma de superar los conflictos y lograr la superación personal.

De regreso al país, se informó a los miembros del Partido del Pueblo sobre la labor cumplida. Posteriormente se trajo la película, se estrenó en Panamá y logró una amplia difusión. Esta es una cinta donde se empiezan a percibir los condicionantes de la historia que vendría, que traería la reforma política de la Perestroika y la transformación hacia la Rusia de hoy.

*Periodista y docente universitario.modestun@yahoo.es

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