• 18/06/2010 02:00

Generación de sordera adquirida

De acuerdo con los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pérdida de audición provocada por el ruido es ...

De acuerdo con los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pérdida de audición provocada por el ruido es una de las enfermedades irreversibles más frecuentes y problemáticas de la actualidad.

El sistema auditivo está adaptado para recibir y percibir sonidos y ruidos dentro de determinado rango de intensidades. Si éste es superado y la exposición es sostenida comienzan a producirse efectos nocivos de orden fisiológico y psicofisiológico sobre la salud.

La tecnología ofrece cada día nuevos elementos que pueden ser utilizados en diversos momentos de la vida. Los reproductores de MP3, son actualmente una referencia ineludible en materia de herramientas musicales. Sucesores del walkman y el discman, poseen una inmensa capacidad de almacenamiento, lo que permite seleccionar numerosos temas musicales para poder disfrutar en cualquier momento. Sin embargo, su utilización excesiva y prolongada es peligrosa, pues el incremento en los decibeles y la proximidad de los auriculares con el tímpano pueden provocar serias e irreversibles lesiones.

El sonido suele superar los 90 decibeles, nivel indicado como el máximo soportable por el oído humano. Además, los auriculares se colocan directamente en el pabellón auditivo, lo que genera deterioro precoz y progresivo en la parte interna del órgano. Es una afección muy frecuente en jóvenes.

Los auriculares de botón son pequeños aparatos que se introducen en el oído. Pueden aumentar la señal de sonido de seis a nueve decibeles. Esto marca la diferencia entre el sonido de una aspiradora y el de una moto, según Dean Garstecki, profesor de la Universidad de Northwestern, en el Estado de Illinois. El riesgo inherente de un volumen excesivo, cuando se utilizan auriculares de botón, es aún más peligroso que al usar los antiguos y grandes cascos almohadillados que venían con el walkman y el reproductor de CD portátil.

El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos insiste en que el uso de auriculares propios de reproductores de MP3, como el iPods, debe ser analizado de nuevo, y revisados los estudios ya existentes, según informó la BBC. Un congresista estadounidense ha presionado para que se tomen en cuenta los riesgos que entrañaría la exposición directa y reiterada del oído a música de volumen elevado.

Por otro lado, de un sondeo entre jóvenes usuarios de iPods, realizado por la American Speech Language Hearing Association, se desprende que casi la mitad de los encuestados dijeron haber detectado síntomas de pérdida de capacidad auditiva. El 49% de los estudiantes investigados afirmaron no tener pérdidas auditivas, frente a un 63% de adultos que indicaron lo contrario.

Estos síntomas incluyen la necesidad de subir el volumen de la televisión y la radio, pedir al interlocutor que repita parte de una conversación o hablar directamente al oído.

Dependiendo de la sensibilidad de la cóclea de cada persona, el trauma acústico puede empezar a manifestarse a través de zumbidos, para luego evolucionar en una sordera que va incrementándose si se mantiene el grado de exposición.

En el caso del común de los panameños hay estudios que concluyen que sus oídos soportan hasta ocho horas de exposición diaria a sonidos que no excedan los 85 o 90 decibeles. Si esa medida aumenta, debe reducirse a la mitad el tiempo de exposición a sonidos elevados y el nivel de decibeles. Lo importante es destacar que no hay que dejar de escuchar música, pues es una actividad sumamente placentera. Pero hay que hacerlo conociendo los riesgos.

Por último, si a las dos horas de haberse quitado el auricular o salir de un gimnasio, se continúa percibiendo un ruido dentro del oído, significa que hay un traumatismo acústico que puede tener consecuencias en la audición. Por lo tanto, se hace necesario consultar a un fonoaudiólogo.

*PATÓLOGO DE LA UDELAS.

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