• 21/06/2010 02:00

Bitácora del Presidente

Por mucho que este gobierno lo repita, hay una constante que marca su dirección política. Hoy solo se presta atención a las encuestas. S...

Por mucho que este gobierno lo repita, hay una constante que marca su dirección política. Hoy solo se presta atención a las encuestas. Si estas marcan una simpatía alta a la gestión de gobierno, se interpreta como una carta en blanco para hacer o deshacer según mejor le parezca a los gobernantes. La voz y la presión de los sectores organizados, ya sea como sociedad civil, gremios u organizaciones sindicales no tienen incidencia alguna, si las encuestas no reflejan ese desagrado o inconformidad con la gestión pública. Es allí donde el gobierno quiere que se libre la batalla. No es en las calles, en los medios de comunicación o con las declaraciones de los analistas o generadores de opinión. Desde la perspectiva de las autoridades de gobierno, todos estos grupos constituyen la minoría a la cual no hay necesidad de satisfacer. Como las grandes mayorías se encuentran en estos momentos entretenidas en las transferencias dinerarias (100 para los 70, útiles escolares, becas, etc.) las decisiones que afectarán el curso futuro de este país es monopolio del gobierno. Ya lo han manifestado en reiteradas ocasiones, tanto en foros nacionales como internacionales. Este es un gobierno de empresarios y, ¿por qué no decirlo?, de la extrema derecha. Es la única perspectiva válida para la toma de las decisiones políticas. Entendamos este mensaje si queremos detener esa visión y ampliar el horizonte para que sea más incluyente. El problema que enfrentan los sectores pensantes de este país, no es el estilo de gobierno que nos imponen, sino la ausencia o incapacidad de abrirle los ojos a los sectores populares. Es allí donde hay que librar el debate de las ideas. Yo no tengo dudas de que este fenómeno o enfermedad política es transitoria. Al final siempre hay resultados que producir y donde la vida no le cambie a los ciudadanos o las transformaciones no generen el bienestar prometido con la misma fuerza y quizás mayor, el gobierno empezará a debilitarse. En América Latina somos muy propensos a creer que hay fórmulas mágicas para resolver problemas y este gobierno cree que las tiene todas consigo. Lo concluye cuando analiza las encuestas. Lo siento. No quiero ser un aguafiestas. Me basta observar el coeficiente intelectual promedio de nuestros gobernantes para entender que estamos en alguna forma estancados. Mientras tanto, hay que esperar que pase la borrachera.

*PRESIDENTE DE LA ESTRELLA Y EL SIGLO.

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