• 28/08/2010 02:00

La ganadería está en crisis

En días pasados participé en una concentración de ganaderos de Chiriquí Oriente, convocada por la junta directiva de Anagan de Chiriquí,...

En días pasados participé en una concentración de ganaderos de Chiriquí Oriente, convocada por la junta directiva de Anagan de Chiriquí, que preside el ganadero Porfirio Samudio Hernández, para auscultar la situación de los productores pecuarios del área. Desde el principio hasta el final, los bovinocultores que intervinieron como oradores durante la reunión, fueron tan enérgicos como invariables en sus posiciones, dado el grado de abandono en que han sido sometidos por diversos gobiernos.

En aquel podium, amplio y abierto a los participantes, escuché fuertes críticas a la falta de una política de exportación de carne y de novillas, como se hacía antes, lo que era consecuente con el esfuerzo del productor y con el equilibrio de la producción nacional. Los ganaderos cuestionaron la importación de miles de toneladas de carne, cuando las haciendas panameñas están superpobladas y en condiciones de ofertar carne de excelente calidad. Los precios ridículos en los que ha caído la carne de ganado en pie, mientras en los supermercados tienden a subir en vez de descender. También hubo frases de solidaridad con los ganaderos del distrito de Tolé, quienes han sido incluidos en la región de salud animal que corresponde a Veraguas, lo que les trae serios inconvenientes.

La vieja práctica del trasiego ilegal de ganado procedente de Costa Rica, a través de la frontera tico—panameña, también fue objeto de señalamientos, porque ninguna administración ha sido capaz de frenar este pernicioso atentado contra la salud pública y la legislación vigente en la materia que corresponde. Tampoco pasaron inadvertidas las amenazas en que se convierten las intenciones de explotación minera, las que de llevarse a la realidad podrían causar serios e irreversibles daños al medio ambiente. Salieron a relucir también el abandono inaudito de los caminos de producción, que ponen en peligro la vida de quienes se ven obligados a utilizarlos como única alternativa. Las exposiciones de cada orador me parecieron interesantes, respetables y dignas de oídos, porque representaron el ánimo y condiciones actuales del productor, envueltas en valor de la sinceridad, la honestidad y el indoblegable espíritu de vencer obstáculos, a pesar de las difíciles circunstancias por las que hoy atraviesan.

Me pareció oportuna la presencia del director regional del MIDA en Chiriquí, Ing. Berísimo Martínez, quien tuvo la hidalguía de escuchar y responder a las inquietudes de los productores, síntoma inequívoco de que, como productor, estima prudente dirigir la mirada hacia un sector olvidado por mucho tiempo en las pasadas y en la presente administración. Ojalá que sus palabras de compromiso y de aliento tengan eco en las altas esferas del actual gobierno, para que la tranquilidad, la seguridad y el equilibrio en los sectores productivos sirvan de estímulo para quienes han creído y siguen creyendo en la oferta de un producto nacional sano, seguro y competitivo; para quienes desean mercados para el fruto de su esfuerzo y trabajo cotidiano, y para quienes esperan de las nuevas autoridades del MIDA una actitud diferente, positiva.

*EDUCADOR Y PRODUCTOR.

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