Gracias Sr. Frank Gehry

Cuando vi la obra del Biomuseo en la entrada de ‘Causeway’, emergió en mí con mucha potencia el arquitecto que todos llevamos por dentro y me dispuse a construir el gallinero que tanta falta me hacía. ¿ Por qué no?

Desde Cerro Marta donde vivo, corrí a la finca de 150 ha de teca de los Jaén en el corregimiento Vista Hermosa, Penonomé; Coclé. Ordené a don Luis Castrellón 12 postes rústicos y que dividiera esa docena de tucos en tamaños de 12, 10 y 9 pies. Llamé de inmediato al corregimiento de Curundú y le pedí a mi compadre Gilberto Olibarrén 20 hojas de zinc que le habían quedado después de la terminación del proyecto de renovación urbana.

Acá en Marta, ya don Rutilio Pérez y Juan Arrocha de Piedras Blancas, tendrían enterrados los postes de acuerdo a las instrucciones. ¡Y, hasta que al fin!... La misma noche que regresamos de Curundú con el cargamento de tejas de zinc carcomidas por la miseria fueron lanzadas sobre los postes, una a una desde las ramas más altas del palo de mango en donde duermen mis gallinas, con el propósito inspirador de darles con el martillo y el clavo sin piedad, tal como iban cayendo de manera que los aguaceros, el sol, la niebla y los golpes de viento encontrasen casi la misma grandilocuencia del Biomuseo de Frank Gehry.

Yo he apreciado muchas maquetas preciosas e interesantes en Panamá, país que construye rascacielos y grandes centros comerciales. He visto desarrollar proyectos de empresas constructoras y de relevantes arquitectos: Shay & Holzer, Diez y Diez, Constructora Lamas, Díaz & Guardia, Panama Canal Commission, Vladimir Ilich De La Rosa y a Aleco Tiniacos, pero ninguno de esos íconos de nuestra arquitectura me inspiró tanto como la obra de Pancho Gehry, que me motivó a construir mi propio gallinero.

Ya me imagino el discurso que hubiese dado el finado Ing. Francisco Morales de (Framorco, S.A) en la CAPAC por este brinco tan alto. Me siento contento, porque Coclé, además de La Pintada, El Valle de Antón, Cerro Guacamaya, Piedras Blancas, El Potrero, El Caño, El Chorro de las Yayas y los parques eólicos, tendrá un atractivo turístico más con mi gallinero.

*ESCRITOR COSTUMBRISTA.