• 13/11/2014 01:01

Despedida a Cristóbal Sarmiento González*

Lo recuerdo siempre trabajando, preocupado, azaroso, rápido, detrás de la noticia

En nombre de mi madre, Aida Chevalier de Sarmiento, mis hermanos Cristóbal, Franklin, Xiomara, Miriam y Roberto, y toda la familia, agradecemos su presencia, apoyo, mensajes y solidaridad ante lo inevitable de la partida de nuestro querido Cristóbal Sarmiento González.

Nació de una cuna muy humilde, un 5 de septiembre de 1922, y siempre estuvo orgulloso de sus raíces, de dónde venía. Recuerdo que cuando, por alguna razón, pasábamos por el área de Santa Ana, me decía: ‘Por aquí bastante que jugué y corrí’.

Quiso mucho a sus padres, Ana y Genaro, y estoy seguro de que no hubo un día que no pensara en ellos. Igual estuvo pendiente de sus ocho hermanos y, cuando pudo, procuraba visitarlos. Amó a mi madre Aida, a todos sus hijos y nietos. Con igual cariño a todos sus colegas y los que compartían su pasión de periodistas.

Lo recuerdo siempre trabajando, preocupado, azaroso, rápido, detrás de la noticia. Me llevaba de niño a la Redacción de El Panamá América y yo quedaba extasiado viéndolo cómo se movía, cual pez en el agua, en lo suyo.

Hoy, la tristeza de los últimos días, al verlo con sus fuerzas disminuidas, se aplaca y me da fortaleza el leer y ver lo mucho que lo apreciaban y lo querían al recordar su legado y anécdotas.

Desapegado de lo material, sincero, humilde, vertical e inclaudicable ante sus principios, trató siempre de estar ahí cuando lo necesitábamos. Hoy, estoy convencido de que, más que querer ser periodista, estos dones venían en su ADN.

Con sus errores y defectos, ¿quién no los tiene?, procuraba impulsar la unión familiar, adoraba a sus nietos, los complacía, los veía en sus actividades escolares, riendo y aplaudiendo cualquier velada de sus pequeñines.

Le gustaba conversar sobre deportes, de la noticia del día, de la política, de la situación del país y era un banquete escuchar sus anécdotas, con hechos, lugares y fechas con precisión matemática.

Lo recuerdo trabajando de sol a noche. Los domingos, incluso, para el cierre del día.

Le fascinaba la música, bailar, nos enseñó a jugar dominó a mis hermanos y a mí, a mi hija y sobrinos. Nos daba consejos prácticos y nos decía: ‘Tranquilo, tranquilo, todo va a estar bien’.

Sus cervezas, sus tragos, la buena mesa, disfrutaba los amigos que lo visitaban y era un excelente anfitrión. Le encantaban los dulces, decía: ‘No hay primera sin segunda’.

Recuerdo en el año 1988, cuando ejercer el periodismo en este país era jugarse la vida todos los días, se agigantó, le peleó de frente al dictador de turno, no se amilanó; y una mañana temprano, cuando fui a la farmacia a comprar los diarios del día, veo el titular en el diario que para ese entonces dirigía, me dejó frío. Casi desmayado, lo que hice fue comprar toda la edición del día. Luego, en la noche, al hablar con él y decirle (jamás como reclamo): ‘El titular de hoy estuvo fuertísimo. Espero que me digas a dónde nos vamos a esconder’, y me dice: ‘Tranquilo, que a ese hay que darle duro todos los días’, y siguió con lo suyo.

Y por ahí llegaron días de persecución, quitándole pasaporte en el aeropuerto, huyendo, yendo a las fiscalías, fianzas solo por seguir con su clamor de justicia y libertad desde su trinchera en los periódicos, me decía: ‘El día que no haya periódicos, hasta en las paredes escribiré’.

Tuvo una vida plena, hizo cuanto quiso y lo disfrutó. Nos duele verlo partir, pero nos reconforta que se fue en paz, en su hogar, con los suyos.

Disfrutamos mucho de su presencia, nos sentimos bendecidos. Quiso mucho a esta tierra, a su gente. Le agradezco infinitamente por quererme y hoy te digo que me causa dolor tu partida, te admiré por todo. Al final, llevaste con fuerza y dignidad los designios del Señor.

La lucha no fue fácil, ¿quién dijo que lo es?, pero sé que te has ganado un rincón allá en el Cielo, un rincón privilegiado.

Hoy, te decimos hasta luego y le damos gracias a Dios por ser parte de nuestras vidas.

Para despedirlo, mi madre ha solicitado esta pieza musical, ‘Feelings’, que tanto le gustaba.

¡Hasta luego Toba!

*PALABRAS DE DESPEDIDA EN LAS HONRAS FÚNEBRES DEL PERIODISTA CRISTÓBAL ‘TOBITA’ SARMIENTO GONZÁLEZ, PRONUNCIADAS POR SU HIJO RAÚL SARMIENTO CHEVALIER.

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