• 30/11/2014 01:00

El potrero mágico

Los docentes de la escuela, dirigidos por la profesora Anabel González, organizaron muy bien el acto cultural

Después de salir fortalecido de los amplios brazos de la mecedora, en donde mis huesos descansan como quince minutos diarios en eso que los ricos llaman la siesta, me dispuse a contarle a ustedes cómo disfrute y aprendí al ser uno de los jurados en la Semana del Campesino de la Escuela Básica del corregimiento El Potrero del distrito de La Pintada, Coclé.

Al llegar a la cita, (9:00 a. m., 11/13/2014), pensé que estaba dormitando en la mecedora. Aquello era lo más parecido a una postal de turismo: Un parquecito con bancas blancas sin publicidad y sin el nombre de los donantes, una iglesia hermosa como pintada con cal y claras de huevos, flanqueada por un algarrobo centenario y un palo viejo de uveros y al fondo una cordillera azul parecida a la que pertenece el Cerro Colorado.

De la escuelita que está a mano izquierda, salían, como pollitos saltones, decenas de estudiantes ataviados de folclore, que llevaban y traían cosas como: frutas, arreglos florales, viandas y artesanías a ocho ranchitos que tenían dispuestos para la representación de ocho provincias de nuestro país, excluyendo la capital. Las banderas de cada provincia flameaban soberanas y aprendí que las cocadas de la enseña coclesana no son tales, pues son diamantes, uno por cada distrito.

Los docentes de la escuela, dirigidos por la profesora Anabel González, organizaron muy bien el acto cultural. Las reglas del certamen tocaron el ánimo de participación de los padres de familia particularmente y en forma general a toda la comunidad, pues se notaba la cooperación de estudiantes, vecinos y amigos velando para que el respectivo rancho quedara bien .

El pueblo entero hizo un esfuerzo notable para la creatividad de cada estancia, se prepararon para no ser sorprendidos ante preguntas sobre su representación, exhibieron una gastronomía excelente y acorde... ¿No sé cómo? Pero los refrescos, como el caldo de caña con limón, el ‘ice in glass’, comidas como el rondón, el plantintá, el guacho de mariscos, sancocho, chicharrones, torrejitas, en fin todo combinó con nuestra identidad nacional y el mes de nuestra patria: las carretas, las murgas, los tambores, los bailes y los arpegios de la guitarra.

*ESCRITOR COSTUMBRISTA.

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