• 15/05/2015 02:00

Victoriano Lorenzo

‘... honremos la memoria de este gran hijo de la patria, realizando un nuevo juicio público a Victoriano Lorenzo, para absolverlo...'

Este es un golpe de pecho, un llamado a nuestra conciencia e identidad como nación y país, a la memoria histórica que es quien conserva y lleva cada momento que ha significado grandes glorias y tristezas que encoge nuestros corazones y prende el ardiente y fiel sentimiento de nuestra amor a la patria.

Dentro de esta memoria histórica traigo al presente a un gran personaje de nuestra historia y que en un principio se empañó su papel histórico por causas de grandes intereses políticos y económicos. Este gran personaje y caudillo es Victoriano Lorenzo, quien fue asesinado bajo el manto de una justicia envilecida por individuos, grupos y una nación que buscaba enclavar sus intereses en las entrañas y corazón de nuestro suelo istmeño. El cholo Victoriano tenía un ferviente corazón e ideales de defender los intereses de los pobres y fue traicionado por liberales y fusilado por conservadores.

Según Carlos A. Mendoza, ‘Victoriano era extraordinariamente valiente, pero humilde, sencillo, astuto y honrado. Tenía una inteligencia vivaz. Sus instrucciones siempre fueron justas... Respetuoso de las demás personas, cortés para saludar y se desenvolvía con soltura ante sus colegas militares. Tenía una extraordinaria intuición para calcular las acciones, reacciones y decisiones de las demás personas...'.

El 21 de noviembre de 1902, conservadores y liberales firmaron en el barco de guerra estadounidense Wisconsin el pacto que se llamó ‘Neerlandia'. Representando uno de los más grandes actos de traición en nuestra historia. El 28 de noviembre se logró la captura de Victoriano, quien estaba desarmado, con el argumento de que había manifestado que no compartía el acuerdo y tomaría de nuevo las armas. Intentó fugarse, pero fue recapturado a las pocas horas.

El 15 de mayo de 1903, en la entonces plaza de Chiriquí, hoy plaza de Francia, tuvo lugar su ejecución. Victoriano se puso de pie y rogó por la unidad de todos los istmeños, convirtiéndose en uno de los primeros mártires de nuestra tierra istmeña. Este hecho fue uno de los eventos culminantes de la Guerra de los Mil Días (1899-1902), que se sellaría meses después con la separación del Istmo de Panamá, mediante una conspiración organizada directamente por los Estados Unidos y en la que participaron en forma activa algunos de los mismos que asesinaron a Victoriano.

El inicio del siglo XX estuvo acompañado del desarrollo de procesos que forjaron la formación de nuestra República, esta memoria histórica hay que enseñársela a las nuevas generaciones, porque un pueblo que no conoce su historia es un pueblo que adolece de identidad. Hay que reconocer, sin distingo político, ideológico y social, el papel que el general Omar Torrijos desempeñó en su momento en el proceso de rescatar la figura de Victoriano Lorenzo de una historia mal y perversamente contada y darle el sitial patrio merecido. También hay que reconocer esta misma labor del insigne panameño Carlos Francisco Changmarín.

Al cumplirse este 15 de mayo 112 años del asesinato por parte del Estado colombiano, en estrecha alianza con la oligarquía colombo-panameña, liberal y conservadora, del líder popular y guerrillero el cholo Victoriano Lorenzo, considerando su contribución en la formación de nuestra identidad como nación y país, a razón de un juicio injusto, plagado de vicios, propongo a la comunidad de abogados y juristas, con el acompañamiento de todas las clases sociales de nuestro país, que honremos la memoria de este gran hijo de la patria, realizando un nuevo juicio público a Victoriano Lorenzo, para absolverlo de la causa por la cual fue fusilado.

Hoy, la figura de Victoriano se eleva en lo alto acompañado de nuestra bandera ondeando bajo el límpido cielo y nuestro territorio y nación totalmente soberanos.

ENTOMÓLOGO MÉDICO.

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